Por: José Martínez
Uno de los grupos más importantes y controversiales que pueden hacer fuerza en cualquier parte del país es el empresariado. En la entidad, quién no recuerda cuando este gremio se unió para apoyar a Roberto Madrazo en 1995, y rebelarse ante la intención del presidente Ernesto Zedillo de aceptar la renuncia del entonces gobernador electo. La fuerza del empresariado ha sido mostrada en momentos políticos clave de la política, pero también son una fuerza organizada para la gestión entre sus agremiados. No son, por supuesto, un bloque homogéneo.
Los empresarios -se debe reconocer-, han servido como palanca de presión para dar prioridad a temas como seguridad, educación y servicios, entre otros. Son los que exigen y alzan la voz, y respetablemente se les escucha para tomar decisiones. Hay de todo como en botica.
Sin embargo, a nivel nacional, fue el Consejo Coordinador Empresarial el que apoyó al presidente Enrique Peña Nieto en su plan para fortalecer la economía del país como respuesta a las protestas callejeras contra el aumento a las gasolinas. Con el Pacto presidencial se dijo que habría impulso al empleo y la inversión, aunque los empresarios integrantes de la Coparmex rechazaron ese acuerdo por considerar que un plan de ese tipo no puede construirse en tres días ni utilizarse “como estrategia de comunicación o imagen pública”.
Desde ahí se notó la ruptura que existe en el gremio, dejando un mal sabor de boca, al deducir que en realidad no existe unidad entre ellos. Sin duda, fue golpe demasiado duro de la Coparmex nacional para la Presidencia, pero sobre todo para otros grupos empresariales que habían pactado con Los Pinos.
En la entidad, desde hace varias semanas se ha escuchado la falta de unidad en la elección del presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCET). El jueves, en su reunión plenaria, por ejemplo, los presidentes de la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles (AMHM), Beatriz Milland Pérez y de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Ricardo Castellanos Martínez, se retiraron argumentando que no existían las condiciones de un proceso apegado a estatutos, por lo que se abstenían de votar en este proceso adelantado. Al momento, los empresarios no han mostrado tener un proyecto de trabajo integral para sacar su elección ni presentarle al gobierno acciones que ayuden a salir adelante al estado. Hay reclamos, hay quejas; faltan proyectos claros y viables.
La pregunta es dónde están las propuestas, o una agenda que hayan entregado los empresarios. Hoy están enfrascados en una elección, pero han dejado a un lado el quehacer en beneficio de la población.
Quedó demostrado que existe una competencia ¿desleal?, entre los gremios, quienes no acuerdan ni llegan a los consensos necesarios para apostarle al desarrollo de Tabasco, a pesar de que ayer se haya nombrado a Gabriel Oropeza Varela como nuevo dirigente del Consejo Empresarial impugnado. También en la iniciativa se cuecen (mal) las habas.
HABERES
EL PRI empieza a ser presión en contra del Verde Ecologista. Algunos voceros del tricolor llaman canallada en caso de que Federico Madrazo llegue a presidir la Junta de Coordinación Política de los diputados, sobre todo porque siempre han estado en alianzas. Sin embargo, la historia reciente demuestra que el PVEM no es un simple aliado incondicional del PRI. En las elecciones intermedias del 2015 este partido ya dirigido por Federico Madrazo creció por una ruptura en el tricolor. Y al inicio de esta Legislatura, Madrazo Rojas logró quedarse con más comisiones que su antiguo socio.