José Martínez
La quema de piñatas alusivas a ciertos políticos o personajes está de moda. Aunque es una medida que no se ve nada bien. ¿Ofende?, podría, pero más que nada es la representación de la burla, el morbo y la falta de diálogo.
Ahora se trató de la alcaldesa de Centro, Yolanda Osuna, a quien le quemaron su piñata en la zona de Ocuiltzapotlán. Se trata de los comerciantes que luego de construirles un mercado público prefirieron continuar vendiendo en las calles.
Se sabe que en todo centro de abasto popular existen grupos, y hablamos de varios de ellos, aunque algunos llegan al límite de no entender, y prefieren realizar marchas, hacer plantones o de plano llegar a los insultos.
A pesar de que el inmueble es relativamente nuevo, los comerciantes no quisieron nada con el mercado. Acusan al administrador José Luis Montoya de corrupción, aunque hasta el momento no han presentado pruebas.
Son varios meses que podemos catalogar como tensos, ya que se dieron encuentros nada agradables entre locatarios y elementos de la policía.
Ahora, la pregunta es, si desde hace años estas personas estaban vendiendo en las calles, en las banquetas, y luego les construyeron su mercado, ¿cuál será entonces el problema?
¿Será que aún reina la costumbre de que el gobierno les dé todo?, porque otra de las razones es que solicitaron un crédito de 25 mil pesos, y al no dárselos empezaron a protestar.
Incluso es un asunto que se convirtió en su momento en algo político porque en sus visitas que realizó el Presidente, los manifestantes entregaron algunos documentos bajo un discurso, por supuesto, a favor.
Luego el PRD tomó la bandera por un momento, pero al final no pudieron hacer nada, sobre todo, porque la cuestión es clara, querían un mercado para regular a los ambulantes, se los dieron, pero asombrosamente quieren regresar a las banquetas.
Pasó algo semejante en las inmediaciones del mercado Pino Suárez, nada más que en esa zona los comerciantes entendieron el mensaje, y ahora las banquetas están libres de ambulantes.
Se trata entonces de ordenar, organizar y entender que la ciudad necesita respirar. En la villa Ocuiltzapotlán no se podía pasar porque las banquetas estaban secuestradas, y los líderes que había cobraban a la mano los espacios de manera diaria.
Debemos entender que los peatones tienen derecho para transitar, y no pueden estar afectados por cajones en las calles.
HABERES
Tras la pandemia de Covid-19, el estado de Tabasco ahora se enfrenta a un aumento en la cantidad de contagios de tuberculosis, así los confirmó el doctor Carlos Jauregui Aguilar, quien es el coordinador del programa de mocrobacteriosis de la Secretaría de Salud de Tabasco. El funcionario sostuvo que tan solo en el mes de enero y febrero de este año, Tabasco reportó 140 casos de tuberculosis, siendo el municipio de Centro, la zona con mayor número de contagios. Además, el doctor Jauregui Aguilar dijo que la tendencia de contagios está al alza y en 2022, Tabasco ocupó el quinto lugar a nivel nacional en cantidad de casos de tuberculosis.
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