¡ Fuego!

Marichuy Castillo

El fuego de Dios, como la zarza ardiente, arde pero no se consume, es fuego de amor que ilumina, calienta y da vida, no fuego que se extiende y devora, cuando los pueblos y las culturas se devoran sin amor y sin respeto, no es el fuego de Dios sino del mundo.

Señala la Ley para la Prevención y combate de incendios forestales, que, desde febrero de cada año, se comienza con las reuniones de las dependencias relacionadas con el cuidado del medio ambiente, en nuestro Estado, desde tiempos inmemoriales de llevan a cabo las conocidas como quemas, que es común observar en potreros y zonas dedicadas al cultivo sobre todo de la caña, las grandes columnas de humo que se levantan y pueden observarse y sentirse a distancia de donde se realiza la quema.

Estas, que se llevan a cabo en temporada de sequía, se debe a que el fuego limpia la maleza de plagas sus potreros y sus terrenos queden limpios para que al llegar la época de lluvia sus tierras tengan una mejor pastura para su ganado, sin embargo muchos se aprovechan de este tiempo para quemar sin ton ni son y hacerse de alguna tortuga, guao, hicotea o pochitoque, animalitos que al sentir el calor del fuego salen en búsqueda de un refugio sin saber que los están esperando para capturarlos y ser vendidos o consumo propio, así vemos en las carreteras, las ensartas de estos quelonios de personas que se hacen de algún recurso económico sin pensar en las consecuencias de esas quemas sin alguna supervisión.

La Secretaría de Desarrollo Agropecuario Forestal y Pesca, es la dependencia encargada de la vigilancia de la aplicación de la Ley de la materia que en su artículo 9, habla sobre la prevención, detección y combate de incendios agropecuarios la cual debe darse por la participación de pobladores de las comunidades, propietarios y poseedores de los terrenos, así como la intervención de las autoridades y el apoyo de los sectores social y privado.

Continúa diciendo en sus artículos 14 y 15 que para la realización de estas quemas agropecuarias se requiere autorización expedida por las autoridades competentes, y la tramitación para esa autorización de quemas controladas contendrá los datos de identificación del predio, ubicación superficie, etc., datos generales del solicitante información precisa sobre las técnicas a emplear, compromisos que asume y fecha de realización, compromiso del solicitante para avisar a sus colindantes, debiendo la Secretaría en un mínimo de 5 días dar respuesta positiva o negativa de la solicitud.

El arábigo 20 , señala que quien haya obtenido autorización para la realización de quema con fines agropecuarios, será responsable en todo momento de su preparación, ejecución con forme a lo señalado en la ley respectiva en caso de que la quema se salga de control deberá solicitar apoyo a personal  de la Secretaria o de otras autoridades federales, estatales o municipales, para evitar males mayores, lo cual no lo eximirá de las sanciones que resulten aplicables.

Esos son algunos requerimientos plasmados en la Ley de la materia, que sin ser adivina, no se cumplen, ya que en la realidad se sabe que para evitar mayor trabajo o invertir dinero en limpiar las áreas de siembra se hace como acostumbraban sus padres y abuelos, con fuego, aun y cuando esto vaya en detrimento de nuestra de por si ya deteriorada madre naturaleza causando además enfermedades en las personas.