Venezuela rechazó este martes el “grosero e indebido chantaje” de Estados Unidos tras la reactivación de sanciones a la industria petrolera y anunció en represalia que suspenderá cualquier mecanismo de cooperación, incluidos los vuelos de repatriación de migrantes, dijo la vicepresidenta Delcy Rodríguez.
“Venezuela toda rechaza el grosero e indebido chantaje y ultimátum manifestado por el gobierno de Estados Unidos”, escribió Rodríguez en la red X. “Si dan el paso en falso de intensificar la agresión económica contra Venezuela, a pedido de los extremistas lacayos en el país, a partir del 13 de febrero quedarían revocados de manera inmediata los vuelos de repatriación de migrantes venezolanos” reactivados en octubre pasado tras acuerdos políticos que llevaron a la flexibilización de sanciones.
Rodríguez aseguró que este “deliberado intento por golpear a la industria del petróleo y el gas venezolano” no detendrá al país caribeño en “su empeño por recuperar la economía con esfuerzo propio”
El portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matthew Miller, anunció este lunes en redes sociales que “en repuesta a las acciones antidemocráticas” del Gobierno de Nicolás Maduro, Estados Unidos “ha revocado el alivio de las sanciones para el sector del oro de Venezuela”.
A esto agregó que “el alivio para los sectores de petróleo y gas venezolanos se renovará en abril solo si los representantes de Maduro cumplen con sus compromisos”.
La Administración de Joe Biden tomó esta decisión en respuesta a la decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela de ratificar la inhabilitación de ejercer cargos públicos por 15 años que pesa sobre Machado y que le impide competir en elecciones hasta el 2036.
La Casa Blanca había advertido el lunes al Gobierno de Maduro que tiene de límite hasta abril para cumplir con los acuerdos alcanzados con la oposición con vistas a las elecciones presidenciales que deben celebrarse este año o de lo contrario puede volver a afrontar sanciones.
En octubre, tras varias “conversaciones”, Venezuela comenzó a recibir repatriados desde Estados Unidos a través de un acuerdo bilateral para fletar vuelos desde la nación norteamericana, un pacto que Caracas ahora amenaza con romper.