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Adultos sin respuesta a jóvenes

Adultos sin respuesta a jóvenes

Por: Felipa Nery

La solución que el Colegio de Bachilleres de Tabasco dio al conflicto que originó un menor de edad estudiante del segundo semestre de bachilleres, de un plantel asentado en una comunidad del municipio de Cárdenas, que agredió a su maestro luego de conocer su calificación reprobatoria, fue la expulsión de todo el subsistema del Colegio de Bachilleres, es decir, no puede ingresar a otro plantel de la entidad, ni público, ni privado. Es decir, este adolescente queda privado de su derecho a la educación gratuita que el Estado está obligado a presentarle. El director general de Bachilleres, el doctor Jaime Mier y Terán, afirma que la decisión se tomó, porque el joven cometió una conducta grave, así considerada en el artículo 60 fracción II, del reglamento escolar, decisión con la que a este joven le violan su derecho a la educación, porque las personas que están al frente de las instituciones no conocen la normatividad que rige en esta entidad y en este país, ningún reglamento puede estar por encima de la Constitución. Es claro, que con esta decisión, las autoridades pretendieron enviar un mensaje a los demás jóvenes que pudieran incurrir en un hecho como éste, que lo que les espera, es la expulsión. Las autoridades de los centros escolares, consideran que expulsando a los alumnos de las aulas escolares, cuando cometen faltas como estas, u otras, se va a solucionar el problema, cuando no es así, por el contrario, el problema se puede acentuar, recrudecer, porque al marginar a ese adolescente de la escuela, éste podría incurrir en mayor resentimiento social y en vez de superar la conducta reprochable, esta podría ir en aumento, en mayor resentimiento hacia la sociedad que le da la espalda y lo arrincona. Las autoridades no tienen respuesta a los conflictos que presentan los jóvenes de este país y de esta entidad. El artículo 18 Constitucional, que trata sobre los menores en conflicto con la ley, en materia penal, establece lo siguiente: ‘

En todos los procedimientos seguidos a los adolescentes se observará la garantía del debido proceso legal, así como la independencia entras las autoridades que efectúen la remisión y las que impongan las medidas. Éstas deberán ser proporcionales a la conducta realizada y tendrán como fin la reintegración social y familiar del adolescente, así como el pleno desarrollo de su persona y capacidades”. Es claro, que la decisión que tomó el Colegio de Bachilleres de expulsar a este adolescente de la escuela, no abona para hacer que este pueda crecer y desarrollarse en un ambiente sano, que le permita insertarse en su mayoría de edad, en una sociedad donde sea bien acogido; por el contrario, si se le margina de la oportunidad de estar en la escuela pública, donde tiene la oportunidad de convivir con jóvenes de su edad, entonces el futuro que le puede esperar en la calle, sobre todo en su comunidad, en el municipio de Cárdenas, es de violencia; serían las autoridades escolares, las que lo estarían condenando a ser uno más de los que practican la violencia. Las autoridades deberían atender el problema social que presenta este joven, desde su entorno escolar, del hogar y de su comunidad y ofrecerle la oportunidad de readaptarse, de pedir disculpas públicas al profesor y mejorar su conducta. La exclusión, no es la solución, por el contrario.