José Martínez
Los esfuerzos del país, de su gobierno y de la gente, están dirigidos hacia dos grandes desafíos: vencer la epidemia con su cauda de enfermos y muertes, y remontar la crisis económica que amenaza con dejar un reguero de quiebras y desempleo.
Vencer al virus depende de muchos factores, algunos alejados del alcance de la gente común –que mucho puede contribuir si aplica las medidas sanitarias-, pero vencer la crisis en la economía o evitarla sí está en nuestras manos.
Se requiere, claro, trabajo, trabajo y más trabajo; pero organizado y con metas definidas.
Sabemos cuál ha sido el impacto de la epidemia en Tabasco y lo que falta es incierto, pero también sabemos que a esta entidad le corresponde un papel determinante en la recuperación y consolidación de la economía que –como ha ofrecido el presidente López Obrador- debe atender primero a los de abajo, a los desposeídos y marginados. Pero también cómo el mismo dice: no se tiene que pelear con los dueños del dinero y debe ofrecer oportunidades para hacer fortuna con esfuerzo honesto.
Entre los proyectos estratégicos y determinantes del futuro de nuestro país está el aprovechamiento del petróleo, su extracción y refinación. Es también, de manera coincidente, una de las áreas que marcará el porvenir de Tabasco.
Y esto no es sólo discurso o promesa de campaña: en Tabasco se edifica la nueva y única refinería que se construirá en el sexenio, y en Tabasco se ubica la mayoría de los desarrollos por explorar y extraer crudo. En esta misma zona se construirá una extraordinaria infraestructura para el traslado y distribución de los energéticos.
Junto al esfuerzo y a los planes federales deberá ir una acción similar tanto del gobierno como de la población del estado. No sólo para aprovechar los empleos e inversiones de manera directa en el sector petrolero, sino para diversificar la producción. Pero sobre todo, si se comprende la filosofía de López Obrador, enfocarse en consolidar la economía local; esto es, que haya producción pero también capacidad de consumo.
Esta crisis también puede, y debe, ser una oportunidad para reorientar desde abajo nuestra economía que carga el peso de varios años de rezago.
Un asunto que está en la mesa del Presidente y del gobernador.
HABERES
En plena pandemia sacudió un sismo a ocho estados del país, entre ellos a Tabasco. Tan solo en 24 horas reportaron más de 600 réplicas. Lo sucedido nos indica que tenemos que aprender a administrar los riesgos, para minimizar su impacto. Más todavía en el caso de la crisis sanitaria que para Tabasco ya representa estar en el tercer lugar nacional en contagios acumulados de COVID-19. Tenemos que ponernos las pilas…
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