Por: José Martínez
La inseguridad en Tabasco se convirtió en un tema delicado para la población.. Todos los días, al menos en el municipio de Centro, se hablaba de robos y el temor de salir a las calles. La capital llegó a estar en el primer sitio nacional de percepción de inseguridad, aunque las cifras de delitos reales la colocaran en otros escalones.
Derivado de este fenómeno social, varios actores políticos aprovecharon la coyuntura para exigir y criticar al gobierno en turno; por supuesto, sin proponer para darle una solución al problema.
Se organizaron manifestaciones, protestas, reclamos públicos. El denominador común era pedir ‘por la paz’. Lamentablemente ahí se mezclaron muchos intereses político partidistas. A los maleantes les convenía que se difundiera la imagen de un gobierno debilitado, de una policía desorganizada.
Después de diversas gestiones, el gobierno estatal obtuvo la presencia de la Gendarmería y fuerzas federales, y el 23 de diciembre del año pasado, varios elementos arribaron a la entidad, el objetivo: fortalecer trabajos de combate a la delincuencia, sobre todo en Villahermosa, catalogada como una de las 50 ciudades con mayor cantidad de delitos.
Fue el propio jefe del Ejecutivo, Arturo Núñez Jiménez, junto con Renato Sales Heredia, comisionado Nacional de Seguridad, quienes dieron el banderazo de salida para que iniciaran los trabajos de operación, sobre todo para atacar delitos de alto impacto como la extorsión, homicidio, secuestro y el robo de vehículos.
En ese momento, Núñez Jiménez subrayó que la presencia del cuerpo policiaco respondería a los compromisos acordados con la Federación, pero que no venían a desplazar a los agentes del estado en sus competencias y obligaciones; al contrario, dijo, significaba la oportunidad de reforzar los trabajos para devolver la tranquilidad a la gente.
En un diagnóstico, el vocero en tema de seguridad, Fernando Vázquez, detalló que de inmediato se dieron los resultados, donde destacó detenciones por robo a casa habitación, recuperación de vehículos, dinero, armas, motocicletas, y operativos antinarcóticos, y sobre todo patrullaje, apoyo vial, inspecciones junto a las autoridades estatales, y orientación ciudadana, todo entre el mes de diciembre y enero. Vale la pena reconocer que Tabasco es una entidad donde menos incidentes existe, comparada con entidades como Chihuahua, Sinaloa y Durango, conocido como el ‘Triángulo Dorado’, zona donde estuvo por mucho tiempo escondido el ‘Chapo’ Guzmán, y la siembra de marihuana y amapola formaron grandes producciones, cuyo rostro, al final, es sinónimo de sangre y muerte. Otros focos de atención son Tamaulipas y Guerrero.
En Tabasco, a unos meses, la percepción está cambiando radicalmente. Los ciudadanos sienten más confianza de salir de sus casas. Cierto que continúan algunos señalamientos aislados, pero lo importante es el mensaje contra la impunidad.
Sobre la policía estatal se debe ejemplificar el trabajo de la Gendarmería, y es necesario, en todos los sentidos, continuar profesionalizándose, ya que este grupo es itinerante, y no sabemos cuándo dejará de operar en Tabasco.
Las corporaciones locales deben estar preparada. Hay que evitar un ‘rebote’ en los índices delincuenciales. Pero el camino está trazado y no se deben regatear recursos.
HABERES
ESTE AÑO la inundación ocurrida en el 2007 cumplirá una década. Sobre el tema, el gobernador Arturo Núñez Jiménez destacó que tragedias como estas no deben ocurrir más en la entidad. Existe, sin duda, una responsabilidad federal.
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