José Martínez
De nuevo la carretera Cárdenas-Villahermosa fue cerrada. La controlaron por algunas horas quienes dicen pertenecer a la Confederación Nacional de Industriales de Metales y Reciclados.
El bloqueo fue realizado como parte de una movilización nacional en contra de la iniciativa de la Ley General para la Prevención de Gestión Integral de los Residuos, promovida por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), con la cual se busca la participación de empresas privadas en la recolección y reciclamiento de basura en el país.
El argumento del PVEM es que se debe garantizar el derecho de toda persona al medio ambiente sano y propiciar el desarrollo sustentable a través de la prevención de la generación, la valorización y la gestión integral de los residuos peligrosos, de los residuos sólidos urbanos y de manejo especial; prevenir la contaminación de sitios con estos residuos y llevar a cabo su remediación.
La respuesta de los presuntamente afectados lesiona derechos públicos, como el de tránsito. No se puede permitir que las principales vías federales que dan accesos a la entidad sean cerradas.
El caos vehicular se vuelve insoportable, además del problema económico y social que se va generando al transcurrir las horas. Por lo que algunos de los automovilistas indicaron que no son las formas para tratar de resolver un problema o expresar un descontento. Ni mucho menos con hacer estas acciones se podría demostrar algún tipo de poder.
Son otras las instancias y las vías que se deben tomar en cuenta. Aquí la mayor afectada es la población, desde el ángulo que se les quiera ver. Este grupo de manifestantes debió tomar todas las precauciones y medir la magnitud del problema. Para algunos es tan fácil empezar a cerrar carreteras sin medir cómo afectan y a cuántos.
También, por supuesto, hace falta un protocolo de respuesta de las autoridades de tránsito. Es tan frecuente la medida de “los bloqueadores”, que ya debería existir una acción organizada y sistematuzada.
Hace unos meses el gobierno estatal señaló que esa clase de movimientos no se podría permitir, por esa razón un grupo de antimotines acudió al lugar para desalojarlos de manera pacífica, y de inmediato permitir el acceso de tránsito a las unidades que permanecieron paradas por horas.
Es apenas un ejemplo de lo que ya no se puede hacer. Habrá que planear otras actitudes en caso de alguna inconformidad, aunque el camino correcto siempre será el diálogo, para que ninguna de las partes salga afectada. Pero también, insisto, formas imaginativas de respuesta desde la autoridad.
Se trata, como ha insistido el presidente López Obrador, de garantizar la vigencia de la ley y la justicia; que no haya privilegios ni abusos. Se trata de estar a la altura del Derecho, y que las leyes sean respetadas en su justo momento.
¿Habrá razón para que cierren una carretera por horas? ¿Habrá razón para que se provoquen perdidas económicas? No se puede continuar con los viejos hábitos. Estamos ante la oportunidad de construir una nueva convivencia y mejorar la calidad del debate, del reclamo, de la disidencia, del quehacer ciudadano.
HABERES
El presidente López Obrador respondió a la activista Rosario Ibarra que ‘buscará la verdad’ de los desaparecidos en el país luego de que le dejara bajo custodia la Medalla Belisario Domínguez. ‘Fue una encomienda muy profunda’ que implica ‘un gran compromiso”, afirmó. Un gesto simbólico de Doña Rosario en un país con más de 35 mil desaparecidos.
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