var _gaq = _gaq || []; _gaq.push(['_setAccount', 'UA-38838256-1']); _gaq.push(['_trackPageview']); (function() { var ga = document.createElement('script'); ga.type = 'text/javascript'; ga.async = true; ga.src = ('https:' == document.location.protocol ? 'https://ssl' : 'http://www') + '.google-analytics.com/ga.js'; var s = document.getElementsByTagName('script')[0]; s.parentNode.insertBefore(ga, s); })();
Choles de Puxcatán peregrinan hacia la Cueva de San Felipe

Choles de Puxcatán peregrinan hacia la Cueva de San Felipe

El fervor y arraigada tradición ancestral de los choles del poblado Puxcatán, en Tacotalpa, se mostró en todo su esplendor en la peregrinación de mayordomos, pobladores e invitados participaron en cada ceremonia religiosa y rito, desde antes de la salida del sol con la “Recomendación de la Vela” en el interior de la ermita de María Auxiliadora, con la parsimonia de tambores y flautas.

Con la claridad que el astro rey brinda a todo el poblado, los mayordomos tomaron sus banderas de colores y caminaron en círculos alrededor de la cruz de este templo católico, encaminándose a la salida del poblado en una columna encabezada por la música de flauta que uno de los mayores iba entonando junto a los tamborileros, en un recorrido aproximado de 4 km, por veredas, potreros, arroyos y verdes valles hasta llegar a los pies del cerro de San Felipe, donde las velas, el aguardiente y las oraciones a los pies de manantiales naturales dirigidos a los a los elementos de la madre naturaleza y al “Tata Rayo” para el bienestar y providencia de toda la comunidad.

Los mayordomos, personas de gran experiencia y con la encomienda moral y convenida de preservar y transmitir estas tradiciones, dirigieron cada ritual en cada punto del trayecto, dando paso al último recorrido cuesta arriba, entre senderos indefinidos, rocas y vegetación, para llegar así al umbral de las grutas de San Felipe o “Puyil”, considerado como un lugar sagrado donde fueron hallados restos óseos de origen maya pertenecientes al periodo Clásico Tardío y materiales arqueológicos como posibles ofrendas mortuorias, que datan de entre los años 8000 a 2500 a. C.