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¿Cómo acabar con el machismo?, pregunta Peña

¿Cómo acabar con el machismo?, pregunta Peña

Felipa Naery

El presidente Enrique Peña Nieto encabezó ayer la conmemoración del Día Internacional de la Mujer y afirmó que la realidad que vive hoy la mujer mexicana, es mejor con respecto a hace cinco años, es decir, antes de que él fuera el jefe del Estado Mexicano. Aseguró que se ha avanzado en todos los espacios públicos en la participación de la mujer. Luego de leer esto, fui a revisar su gabinete, y lo que encontré, fue que está integrado por un 98% por hombres, en un 2% figuran las mujeres, si no, vea: Gobernación, Alfredo Navarrete; Relaciones Exteriores, Luis Videgaray Caso; Secretaría de la Defensa, Salvador Cienfuegos; Marina, Vidal Francisco Soberón; Secretaría de Seguridad Pública, Manuel Mondragón; Hacienda, José Antonio González Anaya; Desarrollo Social, José Calzada Rovirosa; SEMARNAT, Rafael Pacchiano; Energía, Pedro Joaquín Coldwel; Economía, Ildefonso Guajardo; Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza; Educación, Otho Granados Roldan; Secretaría del Trabajo, Roberto Campa Cifrián; Salud, José Narro; Turismo, Enrique de la Madrid Cordero y sólo dos mujeres, en Desarrollo Agrario Territorial y Urbano, Rosario Robles Berlanga y en cultura, María Cristina García Cepeda. Ese es el problema de nuestro país, que los gobernantes dicen una cosa y otra es la realidad. Es falso que las mujeres estén mejor en este gobierno, porque para empezar, en el gabinete no hay ni el más mínimo asomo de una inclusión igualitaria de mujeres, como establece la Convención Americana de Derechos Humanos en su artículo 23, inciso c), sobre el acceso en condiciones generales de igualdad, a las funciones públicas. ¿Qué no hay mujeres para ocupar esos cargos?. Hoy en día sobran las mujeres con preparación suficiente para desempeñar estos cargos, lo que ocurre es que los hombres y en especial, los gobernantes, no las ven, para ellos son invisibles, pues su condición machista, la cultura que les fue inculcada desde su niñez, no les permite trabajar con mujeres y menos, reconocer sus capacidades. La discriminación y violencia hacia las mujeres, no se da sólo en el hogar, en la comunidad o en el campo laboral, sino que se da desde el poder de mando superior, Presidencial, gubernamental, municipal. Son estos los que deberían en la práctica, en los hechos, demostrar que respetan los derechos de las mujeres, cumpliendo con las disposiciones convencionales, constitucionales y legales de garantizar la igualdad entre el hombre y la mujer. No es con discursos en los que se diga que se ha cambiado, que se ha mejorado, que se cumple, discursos que no aguantan ninguna evaluación, porque no es cierto que hoy las mujeres del país estén mejor que hace cinco años, esto no ocurre en ningún aspecto. La violencia, la discriminación, los feminicidios, han ido en aumento y con la impunidad para investigar y castigar a los perpetradores de estas infamias, los gobernantes envían mensajes de que a las mujeres pueden violarlas, discriminarlas y matarlas y no pasa nada. No podemos aplaudir los discursos de los gobernantes que hoy dicen que las mujeres están en mejores condiciones, porque la realidad no coincide con las palabras.