var _gaq = _gaq || []; _gaq.push(['_setAccount', 'UA-38838256-1']); _gaq.push(['_trackPageview']); (function() { var ga = document.createElement('script'); ga.type = 'text/javascript'; ga.async = true; ga.src = ('https:' == document.location.protocol ? 'https://ssl' : 'http://www') + '.google-analytics.com/ga.js'; var s = document.getElementsByTagName('script')[0]; s.parentNode.insertBefore(ga, s); })();
Corresponsabilidad entre Gobierno y Ciudadanos

Corresponsabilidad entre Gobierno y Ciudadanos

Sinhué Casanova

La responsabilidad compartida se conoce como corresponsabilidad. Es decir, está responsabilidad es común a dos o más personas, ya sea que la compartan como obligación o compromiso.

Si bien es cierto, que, en la mayoría de los casos, debe existir la corresponsabilidad entre el gobierno y los ciudadanos, hoy en día se observa una brecha muy distante entre estos. Los factores que han llevado a distanciarlos son muchos y evidentemente en que esto ocurriera es responsabilidad de ambos, pero la interrogante sería: ¿Cómo se originó o cuál fue el detonante?, revisemos un poco la relación entre estos.
Si partimos que el Gobierno es el que debe poner el ejemplo para que los ciudadanos actúen en consecuencia, quizás entenderíamos casi inmediatamente por qué hoy en día prácticamente es muy escasa la corresponsabilidad entre ellos.
La función pública y los políticos en general, pasan por una terrible crisis de credibilidad. Tan solo en este sexenio sobran casos de corrupción en los tres niveles de gobierno, desde los casos de Odebrecht, la Casa Blanca, ex gobernadores encarceladores y otros con órdenes de aprehensión. Casos en municipios donde se observa cómo se enriquecen alcaldes y funcionarios municipales. Si a todo esto le sumamos la escasa impartición de justicia o justicia selectiva, con el comportamiento de los cuerpos policiacos, pues prácticamente solo mencionando estos, tenemos las condiciones más que necesarias para que los ciudadanos pierdan credibilidad en las instituciones.
Adicionalmente, ante los procesos electores que se llevan a cabo actualmente en el País y nuevamente con el comportamiento tanto de quienes dirigen algunas instituciones como la propia de los candidatos, lejos de incentivar a los ciudadanos, se percibe más de lo mismo, dañan aún más la imagen de los gobiernos.
Por el otro lado, el de los ciudadanos, aun con todo lo (poco) que aquí se menciona, no debe ser justificación para actuar como lo hace el gobierno ‘así en general- en estos rubros. Sin duda es un tema complejo, pero hay cosas tan sencillas que los propios ciudadanos pueden recuperar para no dejar que se pierdan, la mayoría de ellas se encuentran establecidas a nivel municipal en el bando de policía y buen gobierno; otras que implican pagos de impuestos, agua, predial y demás, se torna un poco más complicado por la propia desconfianza hacía el destino de esas contribuciones.
Hay otras, que se originan en los procesos electorales, donde los candidatos con tal de ganar, realizan propuestas de nuevos ‘programas’ de gobierno, para otorgar a ciudadanos apoyos económicos, eximiéndolos de alguna responsabilidad por la obtención de estos. Incluso por mencionar un ejemplo con las instituciones de educación pública, se ha ido perdiendo el sentido de que los alumnos retribuyan a la sociedad la educación gratuita que han recibido.
En este contexto y como actualmente se visualiza, es necesario que quienes lleguen a ocupar los cargos, observen a detalle estas y más acciones. Pronto tendrán la oportunidad de disminuir la brecha de corresponsabilidad entre el gobierno y los ciudadanos, con acciones contundentes no solo en el combate a la corrupción o mejorar a las corporaciones policiacas e impartición de justicia. Se le deberán añadir ejemplos claros de buen gobierno, de buenos servicios, entre muchos más para recuperar la confianza de los ciudadanos y que estos a su vez participen en los asuntos públicos.
Twitter: @SinhueCasanova