Por: José Martínez
La corrupción es uno de los principales problemas que aquejan a nuestro país y que año con año nos cuesta miles de millones de pesos.
El asunto sirvió durante años para simular su combate sin ir a la raíz del problema, y sin ninguna disposición institucional para que estos mecanismos funcionen adecuadamente. Es así como nacieron los contrapesos institucionales como las contralorías estatales y nacionales. Los órganos de fiscalización que en muchos de los casos se convertían en verdaderas casas de control político, con que negociaban con los amigos y castigaban a los enemigos del gobierno en el poder.
En este último caso basta recordar el papel que jugaron las anteriores legislaturas y órganos superior de fiscalización de Tabasco, que año con año revisaban y no encontraban ni un solo detalle en las auditorías ni en las cuentas públicas, y sin ninguna traba permitía que un grupo de políticos incrustados en el poder amasaran verdaderas fortunas que les permitían vivir a ellos, y a sus descendientes, sin ninguna presión económica.
A nivel nacional, cómo olvidar los escándalos de la Casa Blanca, los Pemexgate, los amigos de Fox, y tantos otros que permitían apreciar los niveles en los que la corrupción había llegado. Era casi como una institución.
Sin embargo, desde hace unos años y a impulso de un grupo de ciudadanos y diferentes actores políticos, se ha generado una nueva corriente que busca y exige que se detenga la corrupción por el bien del país.
Su llamado tuvo eco en el Congreso de la Unión, así nació el Sistema Nacional Anticorrupción, así como figuras como los fiscales especiales en materia anticorrupción, aunque a nivel federal este último continúa siendo una tarea pendiente.
Tabasco no ha sido ajeno al proceso, desde finales de junio aprobó las reformas constitucionales necesarias para crear el Sistemas Estatales Anticorrupción, y la figura de Fiscal Especial en materia Anticorrupción.
El 14 de julio el Congreso del estado aprobó las leyes secundarias que dieron vida al sistema, y hasta hace unos días se aprobó la reforma a la Ley Orgánica de la FGE, por medio del cual veía la luz pública la fiscalía especializada en materia anticorrupción, misma que la semana pasada ya fue nombrada por el fiscal general, y cuya responsabilidad recayó en la persona de Luz del Alba Pardo Cruz, quien ya laboraba en la FGE, y ha dado seguimiento a nivel local e internacional a los responsables del saqueo de la anterior administración granierista.
Ahora será el Congreso local quien podrá objetar el nombramiento de la Fiscalía, aunque por sus antecedentes es difícil pensar que lo haga, por lo que será la fiscal Pardo Cruz quien conozca y resuelva asuntos relacionados con actos de corrupción en la entidad.
Es importante mencionar que las herramientas ya están puestas, toca ahora a la sociedad y a los nuevos órganos institucionales de control hacer las denuncias necesarias. Hay cosas que por limitaciones humanas no podrán hacer, siendo necesario la participación de la ciudadanía.
HABERES
EL OBISPO de Tabasco pidió darle confianza a la Fiscal Anticorrupción, Luz del Alba Pardo Cruz. Lo que dijo fue conducirse con la verdad, transparencia y sinceridad. Por cierto, a quien no perdona es a una supuesta monja que anda vendiendo milagritos, de quien pide sea investigada.
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