José Martínez
El virtual Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, propuso que desaparecerán las delegaciones federales en cada entidad y éstas serán sustituidas por una coordinación, y su vínculo sería directo con el Gobierno federal. Faltará saber cuál será el fondo operativo de estas coordinaciones, cuyo objetivo principal, como lo marca el futuro Ejecutivo, es el ahorro.
Para lograrlo se tendrán que desburocratizar estas oficinas, que por años pertenecieron al Partido Revolucionario Institucional (PRI), o al Partido Acción Nacional (PAN) durante doce años; por lo general eran usadas para cuestiones políticas, principalmente en épocas electorales, no cumpliendo con la función social para lo que fueron creadas.
Esta decisión puede ser acertada en cuanto a que en la actualidad ha aumentado en nuestro país a más de 50 millones de pobres, la desigualdad social ha ampliado su brecha a pesar de las instituciones creadas, pero que no han dado los resultados esperados.
Tal vez el planteamiento del nuevo Ejecutivo sea dar un giro del asistencialismo a la propuesta de proyectos productivos mejor controlados por las coordinaciones, pues él ya tuvo esa experiencia cuando fue responsable del Instituto Nacional Indigenista (INI), en varios municipios de la entidad, especialmente en Nacajuca, y sabe mejor que nadie que trabajar directamente con los beneficiarios y sin intermediarios da mejores resultados.
De acuerdo a sus declaraciones, sostuvo que la función será gestionar la política pública de desarrollo social de todos los ramos, es decir, que dependencias como la Sedesol, Sedatu, Sagarpa y otras deberán revisar y cambiar si así lo requiere, sus reglas de operación para eficientar los recursos destinados a los beneficiarios, pero también a la supervisión y seguimiento que seguramente se debe dar y no caer nuevamente en la práctica de fondos perdidos o los cheques en blanco.
Al implementar las coordinaciones estatales y suprimir las delegaciones federales se buscaría también que no se engañe o se desvirtúe el verdadero fin de los programas sociales, y que éstos lleguen a tiempo a sus destinatarios, y no caer en el clientelismo partidista o electoral que tanto daño ha hecho al desarrollo de personas y comunidades.
Es necesario desarraigar el divisionismo político que ha permeado y enconado el actuar de los ciudadanos, pues la justa distribución de los recursos por parte del Estado debe traer consigo la verdadera cohesión social y el desarrollo en todos los sectores que conforman la república mexicana.
El lema de López Obrador de estar más cerca de la gente pobre debe hacerse realidad. Varios serán los que no estén de acuerdo, aquellos que por años jugaron con los engaños y no ayudaron para que México se desarrollara en muchos sentidos.
Los resultados van a dos años. El corte de caja se prevé que sea positivo, sobre todo para quienes menos tienen.
HABERES
YA con su constancia en mano como gobernador electo, será en el transcurso de esta semana cuando Adán Augusto López Hernández se reúna con Andrés Manuel López Obrador para cabildear la conformación del presupuesto de egresos 2019 para Tabasco. Por cierto, López Hernández se reunió con el diputado federal Candelario Pérez Alvarad, quien todavìa despacha hasta finales de agosto. En septiembre entra la nueva legislatura de mayoría morenista.
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