Por: José Martínez
“Orden de aprehensión en contra de Javier Duarte”, fue la noticia que le dio titulares principales a los diarios y la primera nota como entrada en programas de radio y televisión.
Algunos consideran que se trata de una estrategia de marketing electoral, donde el “nuevo” PRI de Enrique Ochoa Reza, busca sacudirse esos años de corrupción en los que se ha visto envuelto el partido, así como algunos de sus gobiernos federales, estatales y municipales.
El deterioro en la imagen ciudadana le dejó como resultado perder siete gubernaturas en las votaciones de junio del 2016, entidades en las que históricamente era imbatible. Esto provocó que Manlio Fabio Beltrones, saliera por la puerta de atrás.
El instituto político está ofreciendo casi de sacrificio a Javier Duarte, y hace que todo México se entere. Con ello buscan presentarse como verdaderos paladines contra la corrupción.
Este PRI desea que se nos olviden los males que carga el gobierno federal, medidos en casos como la famosa “Casa Blanca”, los desaparecidos de Ayotzinapa, los feminicidios, los muertos de Tlatlaya, las fosas de Veracruz, así como las desapariciones de periodistas, hasta la liquidación laboral del actual dirigente priista. Hay una sensibilidad predispuesta a la crítica.
El caso Duarte aparece a la medida como una tabla de salvación en estos tiempos. Un sacrificio que esperan les reditúe en las urnas. El propio Enrique Peña Nieto tiene que desmarcarse de quien se presentó como un operador electoral en el 2012.
“Estamos haciendo una limpia del partido”, señaló Reza hace unos días, al referirse a la acción de abandonar a Duarte con sus demandas legales por los asuntos que dejaba pendiente en Veracruz. Ahora hay incertidumbre ya que tras la licencia a Duarte éste “desapareció” en un helicóptero propiedad del gobierno.
Sobre la anunciada depuración del tricolor los reflectores de inmediato se dirigen a una larga lista que encabezan los petroleros Carlos Romero Deschamp y Pilar Córdova, también ex gobernadores como Humberto Moreira.
No sólo Veracruz, Quintana Roo, Chihuahua y Coahuila son los estados que sufren crisis económica agravada por la corrupción de los recientes gobiernos, Son sin embargo los más visibles y también, en términos políticos, los que para el PRI de Peña Nieto le permitirían sacudirse también las presiones del salinismo.
HABERES
ENRIQUE González Pedrero sin duda es de los ex mandatarios tabasqueños quien más muestras de afecto ha recibido al acudir a los recientes informes de gobierno. Esto se explica porque dejó una importante obra material, social y cultural. Discreto y amable mantiene una excelente relación con el gobernador Arturo Núñez, ambos ubicados durante un tiempo en el ala progresista del PRI, partido del que emigraron para continuar aportando sus conocimientos y convicciones a la construcción de un mejor país. González Pedrero recibe el merecido reconocimiento “Mario Trujillo García-2016” que le otorga el Instituto de Administración Pública.
Don Enrique, como lo conocemos sus amigos, tiene una larga carrera en el servicio público al que también aportó y aporta valiosas contribuciones teóricas y prácticas. Es el mejor ejemplo de cómo la academia puede combinarse virtualmente con el quehacer político. Gusta recordar de manera acertada la máxima de Maquiavelo: el político requiere cabeza, corazón y coraje.
“Honrar, honra” dice la sabia conseja popular. Bien por el IAP que actualmente encabeza Ángel Solís. En horabuena.
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