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El marketing falló

El marketing falló

Felipa Nery

Para el mes de febrero del año 2012, Enrique Peña Nieto se había convertido en el hombre más popular de México para ser candidato presidencial de México, por el Partido Revolucionario Institucional, a pesar de las quejas que existían en su administración gubernamental en el Estado de México, de incremento de la inseguridad, principalmente los feminicidios que se trataban de ocultar en contubernio con el gobierno federal que se negó a declarar la alerta de género que reclamaban las organizaciones civiles para proteger a las mujeres. Fue el presupuesto público del Estado de México, el que le permitió posicionarse como la mejor opción para los mexicanos, porque a través del marketing de las televisoras Televisa y TV Azteca, se mostraban las obras que supuestamente habían colocado a aquella entidad como la mejor del país, para ello, se aprovechó de la popularidad y belleza de algunas artistas para que promocionaran su obra pública, primero fue Lucero y después, Angélica Rivera, a quien terminó convirtiendo en su esposa. Al iniciar la campaña presidencial en 2012, Aristegui Noticias daba a conocer encuestas de GEA/ISA, en las que Peña Nieto aparecía con un nivel de aceptación de entre un 48 y 52%, contra un 29% de Josefina Vázquez Mota y un 26% de Andrés Manuel López Obrador. Finalmente, los resultados fueron: Enrique Peña Nieto del PRI, 38%, Andrés Manuel López Obrador, 31% y Josefina Vázquez Mota 25.39%. La alta popularidad que se le había fabricado a través del marketing, se empezó a desplomar desde la campaña. Al asumir el poder, nos sorprendió a los mexicanos con el Acuerdo por México con los partidos de la Revolución Democrática y Acción Nacional, para aprobar las reformas estructurales, de Educación y energética, principalmente la de PEMEX, con la que ofrecía a los mexicanos que la situación económica mejoraría y bajarían los precios de la energía eléctrica y el gas, para el año 2014, le estallarían dos conflictos que desenmascararon la corrupción e ineptitud de su gobierno, la desaparición de los 43 jóvenes de Ayotzinapa y la “aparición” de la Casa Blanca, con un costo de más de 80 millones de pesos, que según los dichos de su esposa Angélica Rivera, la habría adquirido con la liquidación que le dio Televisa como actriz, pero después se supo que la casa aparecía a nombre la constructora del Grupo Higa, que realizó obras en el gobierno de Peña Nieto en el Estado de México y ya estaba construyendo también en el gobierno federal, a partir de ahí, Peña fue perdiendo toda credibilidad y su popularidad se desplomó y se ha ubicado como el peor presidente de esta era, al no dar resultados en el combate a la inseguridad que al término de su administración ha colocado a México en los primeros lugares de inseguridad en el mundo, no sólo no se contuvo la violencia, sino que el número de muertos en este gobierno, ha superado la cifra de los contabilizados en el gobierno del otro inepto, Felipe Calderón Hinojosa. Ya fue el último informe,  lo malo es, que no tiene caso revisar si lo que dice son verdades o mentiras, porque seguramente no se le investigará, ni castigará, pues ha sido reconocido por López Obrador por no haber intervenido en el proceso electoral del 1 de julio pasado y quizá con eso, haya sido exonerado anticipadamente.