El papa Francisco llegó este viernes a Auschwitz, el antiguo campo de concentración nazi en Polonia, en una visita histórica para rendir homenaje a las más de 1 millón de víctimas, en su mayoría Judios, que perdieron su vida durante la Segunda Guerra Mundial.
El papa llegó por la mañana, y optó por sentarse y rezar solo y en silencio durante algún tiempo, reflejando de forma solemne lo que supuso este campo de la muerte, donde se llevaron a cabo torturas y homicidios horribles durante la ocupación de la Alemania nazi de Hitler.
El papa visitó varias celdas, entre ellas en la que estuvo el cura católico polaco Maximiliano Kolbe.