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Justicia de propia mano

Justicia de propia mano

POR: Felipa Nery

El municipio de Cárdenas es uno de los 17 que integran la entidad, y desde hace ya varios años, se ha convertido en un pueblo sin ley, donde el hampa hace de las suyas, sin que las autoridades de los tres órdenes de gobierno puedan poner control. Es la localidad donde más linchamientos se han registrado, debido a la falta de justicia por parte de las autoridades; los habitantes cansados de tanta impunidad, han optado por hacerse justicia de propia mano. Cárdenas es un municipio que colinda con Huimanguillo, pero también con Veracruz, entidad con la que parte importante de este municipio tiene mucha relación; junto con Huimanguillo, Cárdenas es parte del Plan Chontalpa, que a finales de los años sesentas y principios de los setentas se consideró que sería uno de los principales polos de la agricultura mexicana, en sus 80 mil hectáreas que lo integran, donde en sus mejores épocas de auge, en los años ochentas, se producía carne de res, caña de azúcar, maíz, arroz, cacao; los ejidos se trabajaban de forma colectiva, pero a partir de la reforma constitucional al artículo 27 constitucional, en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, que se permitió la privatización de los ejidos, las organizaciones colectivas se empezaron a desmembrar y la gente empezó a vender sus parcelas y muchos sólo se quedaron con los solares donde tienen asentadas sus viviendas, por lo que se quedaron sin tierras para producir, donde hay mucho desempleo y pobreza; son comunidades bastantes dispersas, que tienen dificultades de tránsito, debido al deterioro de los caminos vecinales que son bastante inseguros, donde las bandas delincuenciales han aprovechado para sentar su poderío, sin que la justicia lo alcance, pues con facilidad pueden evadirla, cruzando bien hacia Veracruz, Huimanguillo, o Chiapas. Esta semana se registraron hechos violentos en el Ejido La Azucena, donde falleció un hombre, que al parecer habría sido herido por los encargados de un centro de consumo de alcohol, y aunque recibió atención médica, no pudo salvar la vida, por lo que tanto familiares, como vecinos se dieron a la tarea de buscar  a los presuntos responsables y al no encontrarlos, detuvieron a dos presuntos cómplices, a quienes amenazaban con lincharlos, junto con seis policías, a quienes les quemaron las unidades motrices. Este hecho que ocurrió en este poblado de Cárdenas, también se ha suscitado en otras tantas comunidades de la entidad, porque la gente ya está harta de la impunidad, de que no se persiga y castigue a los delincuentes. Pero también, estos hechos nos hacen ver la falta de políticas públicas por parte de las autoridades de todos los niveles de gobierno, para atender los problemas sociales que mantienen a una parte importante de la población en la marginación, sin la posibilidad de ganarse un salario que les permita alimentar a su familia. Las autoridades no pueden seguir siendo insensibles, sordas y ciegas, ante la realidad que viven miles de personas. Estos conflictos de inseguridad y linchamientos no se terminarán, hasta en tanto el pueblo no tenga una forma de vivir dignamente.