var _gaq = _gaq || []; _gaq.push(['_setAccount', 'UA-38838256-1']); _gaq.push(['_trackPageview']); (function() { var ga = document.createElement('script'); ga.type = 'text/javascript'; ga.async = true; ga.src = ('https:' == document.location.protocol ? 'https://ssl' : 'http://www') + '.google-analytics.com/ga.js'; var s = document.getElementsByTagName('script')[0]; s.parentNode.insertBefore(ga, s); })();
López Obrador, reúne a empresarios; Meade y Anaya, llegar a la final

López Obrador, reúne a empresarios; Meade y Anaya, llegar a la final

Por: José Martínez

Andrés Manuel López Obrador estuvo ayer en Villahermosa. Aprovechó una visita que tenía como objetivo evaluar la estructura de su partido para programar también un encuentro con empresarios. No es común que esto suceda y aunque estamos en tiempo de intercampañas, cuando no se puede hacer proselitismo, los candidatos se las ingenian para seguir en lo suyo: hacer política.

En los últimos días del cierre de pre campaña se realizaron varias encuestas sobre las preferencias electorales de los precandidatos a la Presidencia de la República. Dos fueron ampliamente difundidas y discutidas; las elaboradas por las empresas Conteo y Parámetro, los resultados fueron publicados en sus respectivas páginas de internet.

Una refiere que quien tiene la mayor preferencia de los que ya decidieron su voto, en este caso: el candidato de Morena, PES y PT, López Obrador. Llega a a un 30 por ciento. Ambas encuestan colocan muy parejos al abanderado del PRI, Verde y PANAL, José Antonio Meade y al abanderado de PAN, PRD y MC, Ricardo Anaya, con un 23 por ciento de las preferencias cada uno. Los candidatos independientes no pasan del 3 por ciento de las preferencias.

Contabiliza también los rechazos, fardos contra los que deben luchar los aspirantes. Evidentemente es el PRI el partido que enfrenta mayor desgaste.

Lo tercero que evidencia estas encuestas, como ya lo mostraron también Reforma y Mitofsky aunque con porcentajes diversos, es que un 50 por ciento de los ciudadanos hasta ahora no tiene definido por quién votará o no se siente representado por ningún candidato. Esto último es parte de los problemas de la democracia que se viene arrastrando: los que ganan la Presidencia no han ganado con más del 25 por ciento del electorado, es decir, que un 80 por ciento de los que pueden votar no eligieron al oficialmente triunfador.

El ahora abanderado de la coalición ‘Juntos haremos historia’ mantiene varios puntos a favor en comparación de los demás candidatos. No es la primera vez que ocupa esta posición con los resultados ya conocidos. Sus propias acciones, aunado a una pobre estrategia para contrarrestar a sus adversarios lo han alejado del triunfo el día de la jornada electoral en el pasado. Claro que puede ser distinta una tercera intentona, si se aprende del pasado.

En esta tercera ocasión López Obrador se ha moderado en sus discursos, y se ha querido mostrar incluyente con aquellos que puedan sumarle votos a su campaña, tanto que le está creando algunas inconformidades internas y algunos enojos ciudadanos.
Si hoy fueran las elecciones, es posible que el tabasqueño quedara a la cabeza. Pero faltan tres meses de intensa campaña en las que Meade y Anaya primero clarificarán quién pasa a la segunda posición, para luego tratar de remontar al líder de la carrera.
Pero también contará lo que cada partido haga en las competencias estatales y regionales; los candidatos y sus mecanismos para evitar los conflictos internos que mucho dañan a los partidos. Sui bien es cierto que cuenta mucho la personalidad de los candidatos presidenciales, los resultados dependen de una suma de factores y actores.


HABERES

ANDRÉS Manuel López Obrador dijo que fue un encuentro ameno el que sostuvo con los empresarios tabasqueños, en el que hablaron de proyectos para la entidad. A la salida de la comida el aspirante presidencial afirmó que entre todos los tabasqueños se podrá sacar al estado adelante; de lo que no hay duda es que antes los protagonistas de esta competencia electoral tienen que comprometerse a no ponerle el pie al triunfador. Sobre todo en Tabasco.