José Martínez
México sigue siendo paso de miles de personas que todos los días intentan llegar al vecino país del norte en búsqueda de mejorar sus condiciones de vida. No sólo son de Centroamérica, aunque son los de Honduras quienes registran el mayor número de peregrinos. Éxodo que se incrementó por las difíciles circunstancias de ese país; antes, el grupo de los expulsados de su patria eran guatemaltecos.
Aunque la situación se ha hecho más crítica en el primer semestre de este año cuando el presidente de los Estados Unidos decidió reelegirse y regresar a la Casa Blanca con el tema migratorio. Su blanco preferido son los inmigrantes.
La primera acción evidente del presidente del país del norte fue la amenaza de incrementar los aranceles si México no tomaba acciones para evitar que miles de migrantes cruzaran el río Bravo.
Los resultados de las mesas de negociaciones realizadas el mes pasado entre representantes del gobierno mexicano y de los Estados Unidos fueron muy controversiales. Se detuvo el incremento de aranceles a exportaciones mexicanas, a cambio de regular el tránsito de extranjeros en nuestro país. Ambos gobiernos celebraron.
Desde ese momento se incrementaron los controles de la entrada de personas en la frontera sur de México. La situación es de todos conocidos. Centros migratorios saturados y cientos de personas deportadas a sus países de origen.
El gobierno mexicano sólo busca regular el tránsito de las personas que quieren llegar hacia el norte, no impedir su destino. A las personas que han entrado al país se les ha ofrecido todas las facilidades, desde un lugar para dormir, hasta empleos temporales.
La posición del gobierno federal no es nueva ni sumisa ante el gobierno estadounidense. El primer paso de AMLO como presidente de México, apenas tomada su protesta, fue la firma de un acuerdo regional de desarrollo con los gobiernos de los países centroamericanos.
Desde el proceso de transición AMLO hizo saber a Trump el interés de crear condiciones locales y regionales que permitieran arraigar a las personas a sus países de origen.
La posición es de solidaridad y de asumir responsabilidades, no solo de los países de origen, sino de los países del norte.
La propuesta la ha concretado la CEPAL y será financiado por varios países, entre ellos México que ha comprometido una aportación de 30 millones de dólares provenientes de un fideicomiso para el desarrollo regional.
A este esfuerzo se ha unido el gobierno de Tabasco que dispuso apoyos a través del DIF estatal, que encabeza la señora Dea Isabel Estrada, para el sector más vulnerable de los migrantes: los menores no acompañados que viajan en busca de una oportunidad o de algún familiar que casi nunca saben con certeza donde están.
Los datos del INM hablan de más de mil menores asegurados en el primer semestre del año en nuestra frontera, nueve de ellos viajaban solos. La situación es delicada y es un llamado constante a la solidaridad.
Aun en condiciones difíciles la migración continuará por varios años más, mientras no cambien la situación de los países expulsores.
HABERES
El gobernador Adán López Hernández sostuvo que van a recuperar todas las propiedades que son del Estado, y que administraciones entregaron de forma irregular a particulares, como es el caso de la finca Las Lilias, y las que fueron observadas en la cuenta 2014, al exsecretario de Desarrollo Agropecuario Forestal y Pesquero (Sedafop), Pedro Jiménez León. Este el primer responsable de la acción irregular.
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