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MÉXICO NUEVO

JUAN CARLOS REYES TORRES

LO QUE VIENE

Concluyeron las Elecciones, más de un tercio de los electores del país fueron a las urnas  el pasado domingo 7 de julio. Los resultados son positivos para los principales partidos políticos, la democracia mexicana se sustenta en partidos, así debe ser. Las elecciones regionales son las primeras que se realizan bajo el mandato del Presidente Peña, el comportamiento de la sociedad política es previsible, define el rumbo que habrá de seguirse en los meses que vienen. El próximo martes arranca el periodo extraordinario de sesiones de la Cámara de Diputados, órgano colegiado que expresa relaciones ríspidas entre sus bancadas de cara a la gran justa: la Reforma Energética.
Una lectura sensata de las elecciones pasa por analizar cada región en disputa, cada Municipio, porque no se puede obtener común denominador nacional; otra perspectiva es la estrictamente partidaria. El PRI, la fuerza política más relevante -por su dominancia nacional y regional, historia, ideología, cuadros, dirigentes, logros y causas- perdió el estado de Baja California. La derrota fue reconocida por su Líder nacional César Camacho, reconocimiento tardío, pero finalmente, supo perder. Al concluir la jornada electoral la explosiva manifestación de Camacho fue realmente lamentable, inexplicable para un hombre formado en el manto sobrio de Chuayffet. El PRI obtuvo triunfos relevantes en Chihuahua, Veracruz, Durango, Zacatecas, Oaxaca y sobre todo Veracruz, entidad federativa que concentra un porcentaje relevante del padrón.
El PAN tuvo la suerte de retener el Gobierno de Baja California porque el candidato del PRI fue muy malo, y fue en alianza con el PRO, a pesar de esto la diferencia de votos fue muy reducida, lo cual nos indica que el PAN allá va hacia la baja. Una victoria muy importante del PAN fue la alcaldía de Puebla, ese triunfo le permite al Gobernador Moreno convertirse en una figura prominente en esa formación política y aspirar a la candidatura presidencial. Falta mucho para el 18, el PAN tiene que ganar muchas gubernaturas y dominar el congreso en el 15, de lo contrario no podrá regresar a la Presidencia.
EL PRO ganó mediante coalición con el PAN, hacer alianzas electorales es -desde el punto de vista más estricto de la ciencia política- sumamente peligroso, no así las alianzas parlamentarias. Un partido político identificado con la derecha, conservador y dominante desdibuja su posicionamiento ideológico al hacer alianza electoral con la izquierda. Sus propuestas programáticas son francamente extremas. En el futuro inmediato el elector no podrá identificar la .diferencia entre PAN y PRO, perdiendo terreno electoral el partido más fuerte, esto está demostrado. El PRO se mide ahora sin la influencia de AMLO, quien conforma la estructura de MORENA en todo el territorio nacional. No debemos perder de vista que estamos a dos años -justos- del proceso electoral del 2015, mediante el cual habrá de renovarse la Cámara de Diputados. Cada Presidente en turno busca obtener una bancada sólida de su filiación partidaria que apoye su gestión.
El país entero se prepara para el debate sobre su futuro energético, vientos de cambio habrán de salir venturosos. De la aprobación de la Reforma pende nuestro futuro.

TWITTER: @JCREYEST