Felipa Nery
Este sábado el pueblo mexicano será testigo del cambio de gobierno que se vivirá con la llegada a la Presidencia de la República, del tabasqueño de ideas liberales, Andrés Manuel López Obrador, después de más de 30 años de gobiernos neoliberales que con sus políticas públicas económicas y capitalistas a favor de los empresarios, arrojaron a más de 50 millones de mexicanos a la pobreza y a la desesperanza. El pasado 1 de julio más de 30 millones de mexicanos votaron a favor de un hombre que durante toda su vida política ha estado del lado de los que menos tienen, de los indígenas, los campesinos; en la lucha por los derechos de los de abajo, sufrió y padeció los abusos del régimen neoliberal que no sólo lo golpeó y rajó la cabeza, sino que desde el 2006 cuando por primera vez buscó ser Presidente de la República, le puso todos los obstáculos para no permitirle el triunfo, sin embargo para este 2018, el pueblo ya cansado por los altos índices de corrupción, impunidad, inseguridad y pobreza alcanzados en el país, de forma masiva expresó en las urnas con su voto, un ¡ya basta!, a los abusos del poder a favor de unos cuantos y en contra de los débiles. Millones de mexicanos que han sido excluidos a causa de las políticas económicas neoliberales, que han favorecido al capital económico, tienen hoy la esperanza de un mejor futuro con López Obrador, quien antes de asumir el mando Presidencial, ya ha dado muestras de separar el poder político, del poder económico, que sometía al gobierno. Al asumir el poder este 1 de diciembre el tabasqueño, tiene retos por delante que cumplir, ha ofrecido al pueblo de México, dar resultados, en los primeros tres años de su gobierno y consultar al pueblo si continúa en el poder. En septiembre pasado López Obrador había dicho que recibía un país en bancarrota y que no podría cumplir todos los compromisos que se había hecho, después matizó sus dichos y dijo que se refería a la crisis económica que atraviesa el país; pero sin duda, que no se trata sólo de la crisis económica, sino también de la crisis de valores que enfrenta la sociedad, que nos ha llevado a altos niveles de corrupción, de delincuencia, inseguridad e impunidad, lo que ha provocado que México sea señalado no sólo por organismos internos protectores de los derechos humanos, sino por los internacionales, de graves violaciones a los derechos humanos, en especial, casos de tortura, desaparición forzada, homicidios en los que se involucra al gobierno, como el caso de Ayotzinapa. La tarea que tiene por delante el presidente Andrés Manuel López Obrador, no es fácil, sin duda que por más voluntad que tenga para enderezar el rumbo del país, sólo no podrá hacerlo, sobre todo, porque hay muchos que están esperando a que se equivoque y lo haga mal, para criticarlo y señalarlo, cuestión que no nos permitirá avanzar, si no cambiamos de mentalidad y entre todos apoyamos y ponemos de nuestra parte, para contribuir a que las cosas cambien en este país, por el bien de todos.
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