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Ni así se igualan con socios del tlcan

Ni así se igualan con socios del tlcan

Por: Felipa Nery

Ahora que México está en las negociaciones del Tratado de Libre Comercio, una de las tantas problemáticas que se han expuesto, son las desigualdades que existen en relación a los salarios mínimos que se pagan en nuestro país, comparado con lo que pagan tanto Canadá, como Estados Unidos, por lo que consideran esto una práctica ventajosa, tanto en los sectores industriales, como en la agricultura. Durante décadas en México se dijo que no se podía incrementar el salario mínimo, porque provocaría inflación, debido a que el salario mínimo estaba relacionado con pagos de intereses bancarios, de pago de créditos de viviendas y diversos pagos más, sin embargo, por decreto se separó a los salarios mínimos de cualquier otro incremento por esta causa, por lo que el Banco de México ha dicho  que el alza del salario mínimo ya no es inflacionaria, por lo que ahora el representante del sector obrero ante la Comisión nacional de Salarios Mínimos, José Luis Carazo considera que si hoy sí es factible aumentarlo por arriba de los cien pesos. Y es que el salario mínimo ha dejado de ser suficiente para que una familia pueda vivir dignamente con ese ingreso, a pesar de que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en el artículo 123-A, establece: “Los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos”. Y cuáles son las necesidades normales, por supuesto de la alimentación, la salud, la educación, la recreación. Es una realidad que ninguna familia podría vivir con ese salario y eso lo saben los empresarios y el gobierno que ha sido cómplice del sector empresarial, por eso en México tenemos brechas tan desiguales, entre riqueza y pobreza, debido a la explotación de la fuerza laboral. Según la encuesta nacional de ingresos 2016 que levantó el INEGI, Tabasco es de las entidades que tienen menores ingresos económicos, en comparación con el respeto del país. Y si a esto le agregamos la situación adversa que atraviesa la entidad de falta de desempleo, entonces habremos de encontrar la explicación a los índices de inseguridad, de los que ya hemos comentado en otras ocasiones. Lo importante hoy es que ya no debería de haber más pretextos para que en este país no se pague a los trabajadores de acuerdo al esfuerzo que realizan y las ganancias que le generan a las empresas. Desde 1910, el reclamo de los obreros de las minas, junto con los campesinos de las haciendas, eran los injustos salarios y la falta de prestaciones; a más de cien años de esas protestas que desencadenaron la Revolución, las condiciones paupérrimas que atraviesan millones de trabajadores del campo y de la ciudad, son similares en muchos casos, incluso en pleno Siglo XXI  se ha conocido de la esclavitud de que son objeto muchas personas, principalmente jornaleros, a cambio de salarios miserables, jornadas laborales de más de 12 horas y sin prestaciones sociales y viviendo en hacinamientos junto con su familia.