A dos días del sismo de magnitud 7.3 en la frontera iraní-iraquí, que ha dejado 540 muertos y casi ocho mil heridos, las operaciones de búsqueda y rescate terminaron ante la escasa posibilidad de hallar más sobrevivientes, informaron autoridades iraníes.
El terremoto, seguido de casi 200 réplicas, también dañó más de 30 mil casas y destruyó por completo al menos 12 mil, además dejó más de 70 mil damnificados.
La Oficina de Gestión de Desastres de Irán elevó este martes a 530 el número de fallecidos y en siete mil 817 el de heridos por el sismo, que afectó especialmente a la provincia iraní de Kermanshah, en concreto la localidad de Sarpol-e Zahab, situada a unos 15 kilómetros de la frontera con Iraq, según la agencia de noticias IRNA.
El movimiento telúrico provocó cortes en el suministro eléctrico y en las líneas de teléfono, además muchas carreteras han quedado cortadas por lo que es difícil llegar a zonas remotas a brindar ayuda, según la agencia iraní de noticias Fars.
El presidente iraní, Hasán Rohaní, visitó ayer martes Kermanshah, la zona más devastada por el sismo, prometiendo ayuda del gobierno para la reconstrucción de las viviendas, tras reunirse con los damnificados.
A su llegada a Kermanshah, Rohaní garantizó que sean movilizado todos los recursos para hacer frente a la crisis y anunció préstamos a las personas afectadas por el sismo, dijo.