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Pero sus adversarios…

Pero sus adversarios…

Felipa Nery

Desde las primeras horas de la noche del 1 de julio, cuando las televisoras dieron a conocer sus encuestas de salida en las que informaban de la amplia ventaja para Andrés Manuel López Obrador, en la elección presidencial, y que sus adversarios no le regatearon reconocer sus derrotas, Andrés Manuel salió a dar su discurso en el zócalo capitalino, en el que agradeció a quienes depositaron en él su confianza, al emitir su voto, llamó a la reconciliación a todos los mexicanos y ofreció:  una auténtica democracia, no una dictadura abierta, ni encubierta, cambios profundos con apego al orden legal establecido, libertad empresarial y de expresión, de asociación, de creencias, garantías a las libertades individuales, sociales y políticas; respeto a la autonomía del Banco de México, disciplina financiera y fiscal, reconocimiento de los compromisos con empresas y bancos nacionales y extranjeros, revisar contratos del sector energético y si hay anomalías se acudirá a tribunales nacionales e internacionales, no actuar de manera arbitraria, ni  confiscar o expropiar bienes, desterrar la corrupción, como causa de la desigualdad social, económica y de la violencia; erradicar la impunidad, se castigará incluso a sus compañeros de lucha, funcionarios, amigos y familiares, no aumentarán impuestos, ni se endeudará al país, no habrá gasolinazos, bajará el gasto corriente, aumentará la inversión pública, para generar empleos, se fortalecerá el mercado interno, el Estado dejará de ser un comité al servicio de una minoría, escuchará, atenderá y respetará a todos, pero habrá preferencia a los más humildes y olvidados, por el bien de México, primero los pobres, se cambiará la estrategia de lucha contra la inseguridad y la violencia, se atenderán sus causas, será amigos de todos los pueblos y gobiernos del mundo, con Estados Unidos buscará una relación de amistad y de cooperación para el desarrollo, reconoció a Enrique Peña el trato respetuoso que le dio en campaña, consideró ejemplar la pluralidad y profesionalismo de prensa, radio y televisión, expresó su gratitud a las “benditas redes sociales”, ofreció no fallar, porque dijo tener la ambición de pasar a la historia como un buen presidente de México. Así resumió los compromisos que desde hace 18 años venía haciendo a los mexicanos. Gran parte de su discurso y acciones, fueron para dar certidumbre a los mercados, que el dólar no se desplomara, y los inversionistas no sacaran sus capitales. Pero ante este discurso y  las acciones que ha seguido después del 1 de julio,  ya están en alerta sus adversarios, en torno a las declaraciones que se han hecho por parte de quienes estarán en su equipo de colaboradores, principalmente en torno a mantener el precio de la gasolina, de acuerdo a la inflación, o bien, que el ejército no regresará a los cuarteles, al menos, dentro de unos tres años. Ya como Presidente, Andrés Manuel responde de acuerdo a la realidad que encuentra y a los compromisos que México tiene no sólo con su pueblo, sino en el concierto internacional, quizá por ello, también el EZLN, a través de su comandante eGaleanoG dijo que los mexicanos “Podrán cambiar de capataz, los mayordomos y caporales, pero el finquero sigue siendo el mismo”. Quizá habrá que esperar por lo menos, un año, o dos, de gestión, para ver algún resultado.