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¿Porqué enloquecen los gobernantes?

¿Porqué enloquecen los gobernantes?

Por: Felipa Nery

Lo común hoy en día, es que al terminar sus mandatos, los gobernadores vayan a parar a la cárcel, al menos eso hemos visto en varias entidades del país, empezando por Tabasco. A partir de que hay competencia electoral real y los adversarios del gobernante en turno pueden ganar las elecciones, los gobernadores pueden ser acusados por actos de corrupción cometidos en su administración. Por acusaciones como estas han ido a parar a la cárcel, ex gobernadores como el de Tabasco, Andrés Granier, que si bien no ha recibido ninguna sentencia condenatoria en los más de tres años que lleva ya recluido, las investigaciones continúan contra él y su secretario de Finanzas, José Sainz Pineda, que también está encarcelado; Guillermo Padrés de Sonora, Jesús Reyna de Michoacán, Tomás Yarrington, ex gobernador de Tamaulipas, detenido en Italia a petición de Estados Unidos, César Duarte, ex gobernador de Veracruz, detenido en Guatemala y extraditado a México, y otro que también está detenido en Panamá y en proceso de extradición, es el ex gobernador de Quintana Roo, Roberto Borges, además de otros ex gobernadores que son investigados. Todo parece indicar que las acusaciones y encarcelamiento de ex gobernadores por hacer mal uso de los recursos públicos, o por nexos con la delincuencia organizada, no terminará con los que están ahora sujetos a proceso, sino que hay otros que aún están en el poder, pero que ya son candidatos al reclusorio, como es el caso del gobernador que ahora señalan algunos medios de comunicación nacional, como Roberto Saldoval Castañeda, de Nayarit, quien dejará su cargo en septiembre del 2017, pero al día de hoy ya es denunciado por los abusos del poder cometidos desde el gobierno que encabeza, de lo presuntuoso que se volvió a partir de que accedió a los cargos de elección de popular y se olvidó de los tiempos en que trabajó como obrero en los restaurantes de Los Ángeles en Estados Unidos, y ahora se codea sólo con poderosos, se viste con las mejores y más costosas marcas de ropa y zapato, tiene crianzas de ganado caballar de alto registro y hasta se dio el lujo de mandar a disecar y a poner en exhibición su caballo preferido. Mucha gente se pregunta ¿por qué enloquecen los gobernantes?. Y la respuesta es muy sencilla, enloquecen por el poder económico y político que no habían tenido antes. Piensan que todo el presupuesto público que tienen bajo su responsabilidad, les pertenece y que pueden hacer con el mismo lo que les venga en gana, despilfarrarlo, sin destinarlo al bien común de la sociedad que representan. Y claro, todo lo hacen, porque cuentan con la complacencia y adulación de todos sus consejeros, de sus colaboradores en el gobierno, quienes les dicen a todo: ‘sí señor’, por cuidar sus chambas, en las que también ellos son salpicados ‘con los beneficios’, no se atreven a contradecirle, ni a decirle que está mal, que es incorrecto, que es indebido. A todo le dicen, ‘lo que usted mande señor’, y sus órdenes se obedecen a ciegas, sin reflexionar en el momento y mucho menos imaginarse que la cárcel les pueda esperar.