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Recordando la infancia en la calle Pedro C Colorado

Recordando la infancia en la calle Pedro C Colorado

Luis García

Tenía algún tiempo que deseaba escribir algo que no fuera política, sin embargo, en ocasiones se hace difícil por el estigma que llevan siempre las columnas que por diversos motivos los pocos o muchos lectores que se tengan te encasillan en tal o cual estilo. Pero hoy los dejaré fuera y les escribo el siguiente texto. Viví mucho tiempo en la calle Pedro C Colorado del centro de la ciudad. Entre la vieja escuela secundaria “Concha Linares” y las oficinas de la Comisión Federal de Electricidad, aunque en aquel tiempo aún no se encontraba edificada y la dependencia se ubicaba en la calle Juan Álvarez.  La hoy CFE, era entonces, un baldío muy grande, al menos así lo veíamos cuando nos metíamos a buscar los balones que se iban por estar jugando futbol o béisbol en la calle Allende, con la “flota” del “Negro”, “Estrella”, “La Picuda” y otros más que no recuerdo sus apodos, pero créanlo tampoco sus nombres, pero si los veo, claro que los reconozco. Eran tiempos distintos donde jugar en las calles era permitido, siempre y cuando te dejarán salir, porque además tenías que haber cumplido tu labor de la mañana de ayudar en todo lo más que se pudiera en el lugar donde vivía. Habré de decir que ir a jugar a esa parte de mi zona, era un reto increíble, pues según mis madrinas, era un lugar no cerca de la casa, vivíamos en el número 440, a lado, pero a lado de la vieja lechería de “Don Víctor” quien además por cierto era miembro de la Banda de Música del Gobierno del Estado, profesión u oficio que alternaba con ser el distribuidor de la desaparecida Pasteurizadora de Leche, que se ubicaba, sino mal recuerdo y si no, por favor corríjanme, en la calle Castillo, en donde está ahora la terminal de las vans y camiones que salen a la zona de la Chontalpa. Del otro lado de la casa vivía Don Emilio y su esposa e hijas, de oficio comerciantes de toda la vida, al igual que ellos sus hijas formaron excelentes hijos con los que hoy tengo el gusto de convivir y de haber convivido durante los años de mi infancia. Créanme que fueron tiempos maravillosos que no se pueden de ninguna manera dejar pasar por alto. Recordando a los amigos de la infancia, que jugaban, por cierto, mucho mejor que yo el futbol y béisbol, porque he de decir que no era excelente en esos deportes, pero tenía que jugar, pues no había de otra. Muchos de ellos son profesionistas, otros más aprendieron un oficio y están haciendo sus vidas, algunos mayores de quien escribe la columna, otros menores, aunque tengo que decirlo con orgullo, menores pocos, sólo Domingo o su primo Abraham. Los Escalantes que tenían un grupo musical, vivían muy cerca de mi casa y en ocasiones pedían a los chamacos ayudáramos a cargar los instrumentos musicales y por lógica, lo hacíamos con gusto en el afán de asistir a la tocada que iban a realizar, aunque los más chavos, pues nos retachaban de inmediato para no tener problemas con las familias, maravillosos amigos. La otra banda malandra, dirían algunos amigos, son los de la calle Ayutla, desde Chaco, Magaña, Pituca, entre otros, aunque algunos han fallecido ya, son parte del recuerdo de ese lugar que tuve la dicha de pasar de la infancia a la adolescencia. Muchos decían que eran terribles, la realidad es que no lo eran, al menos con sus amigos, quizás con los que tenían rivalidad, pero era parte de lo que llamamos las tribus, recuerden que los miembros de las tribus se protegen. Y eso hacían con los más pequeños, con los menos agraciados para defenderse. Porque al final eran familia. Doy por terminada esta parte de la historia y de esa zona tan emblemática de nuestra antigua Villahermosa, espero en la próxima entrega, abordar otro tópico, claro si nada se nos atraviesa en el camino…

DE SALIDA. Ya en sus actividades como directora de la División Académica de Ciencias Sociales y Humanidades (DACSH), la doctora @Felipa Sánchez Pérez, quien está empapándose de todo lo relacionado a la administración universitaria…Ayer cumplió años el amigo @Floricel Medina Péreznieto a quien le hacemos llegar un afectuoso saludo, al quitarle una hoja más al calendario…Pasando a un tema triste, ayer nos enteramos del deceso del comunicador Lorenzo Gallegos Sarracino, egresado de la carrera de Comunicación de nuestra Alma Mater, pero además un reportero que se formó en el Diario Novedades de Tabasco tuve la oportunidad de convivir con él y otros compañeros de ese periódico. Aunque tenía algún tiempo de no verlo, cada vez que nos encontrábamos nos saludábamos afectuosamente. Descanse en paz Lorenzo…