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Felipa Nery

Los orígenes de la celebración a las madres vienen desde la Grecia antigua, donde se celebraba a “La Madre de los Dioses”; es en 1907 cuando Ana Jarvis propone en Filadelfia, Estados Unidos establecer una fecha para celebrar a las madres, el 10 de mayo 1908 se celebra la primera ceremonia no oficial en honor a las madres en una iglesia metodista de Grafton, Virginia; hasta el 8 de mayo de 1914,  se decreta que el Día de las Madres se celebraría en Estados Unidos el segundo domingo de cada mayo; la idea pasó a Europa, donde varios países adoptaron esta celebración; en América Latina, México fue el primer país que se sumó a esta celebración, el 10 de mayo de 1922. En 1949 en la Ciudad de México se inauguró en el Jardín del Arte, el Monumento a la Madre, entre las calles de Sullivan y la avenida Insurgentes, constaba de tres esculturas: un hombre de rasgos indígenas en posición de escribir, una mujer también de rasgos indígenas, con una mazorca de maíz, como símbolo de fertilidad y la figura más grande, la de una mujer, con un niño en brazos, con un vestido largo y con rebozo. Tenía dos inscripciones, la primera, que se colocó durante la inauguración, que decía: “A la que nos amó antes de conocernos”, y la segunda colocada el 10 de mayo de 1991, que rezaba: “Porque su maternidad fue voluntaria”; sin embargo, como presagio o mal agüero de la situación difícil por la que pasan las madres hoy en día, este simbólico monumento a la Madre colapsó durante el sismo del 19 de septiembre de 2017, a pesar de que en 1985 superó a otro sismo de mayor magnitud. Hoy que México vive en un estado fallido, donde el Estado de derecho se ha convertido en letra muerta, las madres de todos los rincones del país, son las que mayormente sufren, por la pérdida de sus hijos jóvenes;  pobreza e ignorancia los arroja a la delincuencia, o son víctima de la misma delincuencia que azota al país, por lo que muchas madres padecen el dolor de tener a sus hijos en la cárcel, otras los han tenido que enterrar, pero hay miles más, que han tenido que ir a hurgar la tierra para saber si su hijo está en alguna de tantas fosas clandestinas; las madres sufren hoy de pobreza extrema, de ver a sus hijos desnutridos, muriendo en los hospitales, por falta de medicamentos, sufren por la falta de agua potable y tienen que pelear por algunas cubetas de agua en las colonias populares, sufren por la ingratitud de muchos hijos que se han convertido en bestias que las golpean, las amarran, las despojan de sus pertenencias, como si se tratara de sus peores enemigos. Las madres mexicanas han sido de las víctimas a las que más les ha golpeado esta guerra, esta descomposición social en la  que una gran parte de la sociedad mexicana ha perdido todos los valores y no se respeta ni a la mujer que les dio el Ser. Feliz día de las Madres, para las que tengan la dicha de ser felices.