Un poderoso temblor en Hokkaido, la principal isla del norte de Japón, ocasionó decenas de aludes que dejaron casas bajo ríos de lodo, rocas y troncos, con lo que había esfuerzos desesperados por desenterrar a cualquier persona que hubiera sobrevivido.
Al menos nueve personas fallecieron, informó el primer ministro Shinzo Abe. Las autoridades afirmaron que al menos hay 366 heridos y unas 30 personas desaparecidas después del sismo de magnitud 6.7 que sacó a la gente de sus camas a las 3:08 de la madrugada.
Casi 3 millones de clientes se quedaron sin electricidad debido al más reciente azote de la naturaleza contra Japón.
El terremoto paralizó la actividad usual en la isla debido a que la falta de energía cortó el suministro de agua y servicio telefónico, inmovilizó trenes y aeropuertos. Muchas carreteras de la isla estaban cerradas.
En la localidad de Atsuma, los rescatistas empleaban pequeñas topadoras y palas para retirar toneladas de tierra, rocas y madera con la esperanza de encontrar sobrevivientes luego de que las empinadas laderas se vinieron abajo aplastando casas y edificios agrícolas y dejaron cientos de terraplenes de tierra en las verdes laderas.
Un total de 28 personas están desaparecidas en el poblado, dijo el alcalde de Atsuma, Shoichiro Miyasaka, a la televisora pública NHK. “Los seguiremos buscando”, agregó.