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Se construye conocimiento

Se construye conocimiento

Por: Felipa Nery

La semana pasada egresó de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, la primera generación de los doctores en Derecho de Estudios Jurídicos y de Medios Alternos de Solución de Conflictos en Derechos Humanos, doctorados que son dirigidos, por los doctores en derecho Gisela María Pérez Fuentes y Alfredo Islas Colín, quienes han alcanzado el nivel más alto de reconocimiento del Sistema Nacional de Investigadores del CONACYT y han trabajado en los últimos tres años en la formación nuevos doctores, que a través de la ciencia jurídica puedan dar respuesta a la problemática que vive la sociedad. El doctor José Antonio Piña Gutiérrez, rector de esta máxima casa de estudios, fue quien reconoció tanto a los encargados de estos programadas de doctorado con alta calidad, así como a los egresados. No es la primera generación de doctores en derecho que egresa de la División Académica de Ciencias Sociales y Humanidades, en ocasiones anteriores, ya lo ha hecho otro grupo importante, de los cuales muchos forman parte del sistema estatal y nacional de investigadores; la UJAT se ha preocupado en los últimos años, por crear ciencia, por hacer investigaciones, no sólo en sociales, sino en otras divisiones, como la de biológicas, la de matemáticas, la de administración, de salud, o de ciencias agropecuarias. Con la formación de investigadores que puedan encontrar respuesta a los problemas que vivimos, se puede mejorar la sociedad, para ello, se requiere, que los investigadores trabajen en la atención de los problemas que vive nuestra sociedad, y que sus investigaciones no sólo les sirvan para sobresalir en el Sistema Nacional de Investigadores, para alcanzar mayores puntajes, sino que esos hallazgos, esos resultados, se den a conocer a la sociedad y que las autoridades competentes adopten las políticas públicas o las acciones que tengan que realizar, para atender los problemas que aquí se viven, porque de nada sirve que se hagan investigaciones que se convierten en libros publicados, si sólo se quedan guardados en los cajones de los olvidos, o en las bibliotecas, donde los responsables de adoptar las acciones a favor de la sociedad, no los revisan. Debemos tener fe, como señala el lema de la UJAT: “Estudio en la duda, acción en la fe”, pero en la fe filosófica, no la que señala la filosofía cristiana, de la que Heidegger dice: esa es “un hierro de madero: un inexistente, un imposible, un franco malentendido”, y agrega Heidegger: “El hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere… si el hombre no se responsabiliza de sus actos, vive en la trivialidad, en la cotidianeidad… puede hablar de todo, pero no piensa profundamente en nada… ser en el mundo no significa simplemente estar ahí…” Quienes hemos tenido la oportunidad del estudio de las ciencias modernas, no podemos olvidar al padre de éstas, Galileo Galilei, cuando dijo: “y sin embargo, se mueve”, al desafiar ante el Tribunal de Cardenales de la Santa Inquisición, la versión de la iglesia, en torno a que “la tierra es el centro del universo”, cuando la ciencia había descubierto la teoría heliocéntrica: que “la tierra gira alrededor del sol”.