var _gaq = _gaq || []; _gaq.push(['_setAccount', 'UA-38838256-1']); _gaq.push(['_trackPageview']); (function() { var ga = document.createElement('script'); ga.type = 'text/javascript'; ga.async = true; ga.src = ('https:' == document.location.protocol ? 'https://ssl' : 'http://www') + '.google-analytics.com/ga.js'; var s = document.getElementsByTagName('script')[0]; s.parentNode.insertBefore(ga, s); })();
Sida, costos sociales y la prevención desde el hogar

Sida, costos sociales y la prevención desde el hogar

Por: José Martínez

El uno de diciembre se conmemora el Día Mundial de lucha contra el SIDA, una pandemia que en México registró los primeros casos en el año 1983, bajo un velo de desinformación, discriminación y falta de protección en nuestras prácticas sexuales.

Con los años la situación ha cambiado. Los datos difundidos por el Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH/SIDA nos hablan de los cambios que hemos realizado. Los índices de infección han disminuido de personas infectadas con VIH y con SIDA, ya que se ha incrementado el uso de métodos de protección a la hora se mantener relaciones sexuales, y los nuevos casos registrados se cierran en su mayor parte de hombres que tienen sexo con otros hombres.

Hoy la personas que viven con el VIH no lo pueden tomar como sinónimo de muerte, porque gracias al manejo médico pueden llegar a vivir con relativa normalidad hasta por 30 años a partir de que se detecta la enfermedad.

Sin embargo, a pesar de los avances logrados, no podemos bajar la guardia. Estimaciones difundidas en estos días por la organización civil TUDISEX señalan que por cada 5 personas infectadas con VIH, hay tres que no saben si son portadores del virus, ya sea porque no han presentado ninguna sintomatología o porque consideran que ellos jamás podrán contraer esta enfermedad. Por lo que el dato oficial de CENSIDA de más de 4 mil personas infectadas en Tabasco puede elevarse a más de 7 mil, según cálculos de la misma organización.

Representantes de esta ONG tabasqueña, se han mostrado alarmados por las edades y perfiles de los jóvenes que han contraído el virus, que van desde los 16 años, y otros de universidad que suponemos deberían estar informados sobre la enfermedad.

Sin embargo, tampoco debería sorprendernos. Datos de la Secretaría de Salud registran embarazos en niñas menores de 15 años, y en un estudio realizado por el Instituto Estatal de las Mujeres con jóvenes, refieren casos de niños que a los diez años empiezan su vida sexual, o chicas que a los 18 años ya han tenido más de 50 parejas sexuales. Algo estamos haciendo mal en el hogar que está colocando en riesgo a nuestros jóvenes, y que nos debe mover a revisar.

La educación sexual debe ser obligatoria, por mucho miedo que provoque en algunos sectores de nuestra sociedad. Incluso la Suprema Corte de Justicia ha tenido que resolver contra padres que se niegan a que sus hijos reciban educación sexual por parte del Estado. Este debe ser uno de los pilares con las que crezcan nuestros jóvenes, ya que lo que no le enseñemos se lo mostrarán en la calle, y no necesariamente fundamentada en la ciencia y por las personas adecuadas.

Nuestros jóvenes deben estar consiente que un embarazo o una infección de transmisión sexual, incluido el VIH, es producto de una relación sexual sin protección. Que sus cuerpos están preparados para tener hijos, pero que ellos no están los suficientemente preparados para ser padres y madres. Que un encuentro sexual espontáneo con otra persona sin protección puede modificar negativamente su futuro.

El descuido en la higiene y la salud tiene costos para todos. Se convierte en un problema de política pública.

 

HABERES

EN LA visita del secretario de Turismo a la entidad, Enrique de la Madrid Cordero, los hoteleros además de pedirle apoyo para que el sector cobre vida, le comentaron que el giro informal de hoteles llegó a 250%, lo que representa una desleal competencia para ellos. Quizá los hoteleros pudieran convertirse en punta de lanza para renacionalizar el sector, ahora que tanto se habla de fortalecer el mercado interno.