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Terminó la guerra de exterminio

Terminó la guerra de exterminio

Felipa Nery

El Presidente Andrés Manuel López Obrador se presentó  ayer durante hora y media, de cara a la nación, a través de la transmisión de algunos canales de televisión, con motivo del Primer Informe de Gobierno que fue entregado al Congreso de la Unión por la tarde, por la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, fue un encuentro solemne, que tuvo lugar en la explanada de Palacio Nacional, donde acudieron representantes de la Cámara y del Senado, de la Suprema Corte, gobernadores de los estados, el gabinete en pleno, así como empresarios; el mandatario dio cuenta de las acciones en materia económica y social iniciadas por su gobierno. Admitió que no son buenos los resultados en la disminución de la incidencia delictiva que se tiene que trabajar mucho, que ya está atendiendo el problema que consideró su principal desafío. Aseguró que logrará serenar y pacificar al país con el gobierno coordinado, cerrando filas juntos y con la advertencia de que no permitirá que exista más contubernio de la delincuencia con la autoridad, “cero impunidad, separando muy bien, marcando la línea, la frontera, por un lado la delincuencia y por otro lado la autoridad, nada de mezclar delincuencia con autoridad, eso se termina, el que se meta a proteger a delincuentes, va a ir a la cárcel sin derecho a fianza, ya no hay influyentismo”. Aseveró, que en la política para garantizar la seguridad, no hay diferencias, ni divisiones con los gobernadores, ni la jefa de gobierno de la Ciudad de México, que la estrategia ha consistido en no tolerar la tortura, la violación a los derechos humanos y terminar con la guerra de exterminio contra la llamada delincuencia organizada, “ya no se permiten redadas, razias, ni desaparición de personas, el Estado ha dejado de ser el principal violador de los derechos humanos”, por lo que agradeció el apoyo y lealtad de las fuerzas armadas que han aceptado el desafío de garantizar la seguridad pública, sin violar los derechos humanos y con el uso regulado de las fuerzas. Reconoció que los empresarios están cooperando con mayor compromiso social, para generar los empleos, e hizo mención especial de Carlos Slim y al presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Carlos Lomelí; consideró que es mucho lo alcanzado en estos nuevo meses en pos de los ideales de honestidad, justicia, legalidad y democracia y bastaría para demostrar que no se trata de un mero cambio de gobierno, sino de un cambio de régimen, que no ha sido, ni será más de lo mismo, que está en marcha una auténtica regeneración de la vida pública de México en la que su compromiso es acabar con la corrupción y la impunidad, “una transformación con poca confrontación y sin violencia”, en la que aseguró que los conservadores están moralmente derrotados, porque no han tenido la posibilidad de establecer un paralelo entre la nueva realidad y el último período neoliberal caracterizado por la prostitución y el oprobio que se convirtió en una de las épocas más vergonzosas en la historia de México; si bien en su discurso dijo que el fin del gobierno debe ser la felicidad de la gente, casi al término de su mensaje señaló, que mientras los ambiciosos por el falso brillo de lo material y mezquino se oponen al cambio y están aturdidos y desconcertados, la mayoría de los mexicanos apoya la transformación y “están contentos, feliz, feliz, feliz”.