José Martínez
La etapa de la niñez es una de las hermosas en la vida, o al menos debería ser. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en la conferencia mañanera de ayer hizo énfasis de cuando fue niño, e indicó que se la pasó muy bien junto a sus amigos.
Comentó de sus andanzas en un río. De sus pies descalzos, o de cuando jugaban con una pelota. Se la pasó muy bien, fue un niño feliz, afirmó.
Pero la otra cara de la moneda son los infantes obligados a trabajar. Explotados en una esquina bajo la consigna de pedir una moneda, que al final no es para ellos sino es destinada y cae en la mano de esa persona que los deja en alguna esquina de Villahermosa.
Un dato que llama la atención es que en México hay 801 mil 327 niños y niñas de entre 12 y 14 años que laboran, siendo los varones en donde más prevalece el trabajo infantil, de acuerdo con datos del Censo de Población y Vivienda 2020.
Aquí no se refiere a los infantes que vemos en las calles vestidos de payasitos, haciendo malabares o de plano vendiendo chicles.
Otra estadística dice que nuestro país es el segundo de América Latina con mayor nivel de trabajo infantil, sólo por debajo de Brasil. Cerca de 3.3 millones de niñas, niños y adolescentes se encuentran trabajando y el sector agropecuario es donde se concentra la mayor parte de este trabajo, de acuerdo con cifras del Inegi.
En realidad, no estamos mal respecto al tema de los niños que salen a laborar. Al contrario, tenemos honrosos números en la tabla mundial.
El trabajo infantil es considerado como un fenómeno social, pero también como un problema que ronda en las calles. De inmediato denota una mala imagen.
Los infantes necesitan tener su oportunidad. Si desde un principio quieren colocarles el yugo, es cuando un grupo de ciudadanos –minúsculo quizás-, crean camino por otro sendero.
Un concepto que debemos estudiar sin pensarlo es la pobreza. Llama mucho la atención cuando un niño está en una obra de albañiles. Tal vez el padre lo llevó a esa práctica
Se afirma que infancia es destino, como también pobreza es destino. Esto quiere decir que una sociedad que no brinda oportunidades está condenada a repetir los esquemas, el mismo ciclo de la pobreza y la marginación.
Hay quienes, como por ejemplo el actual presidente López Obrador, por medio de la educación, la constancia, la perseverancia, logran romper ese ciclo vicioso. Es la aspiración de toda familia: que su descendencia tenga mejor calidad de vida; es por lo que se requiere un espíritu solidaria: que nuestra comunidad viva mejor. Sobre todo los niños.
HABERES
El secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, informó que en los estados del norte del país no se eliminará el horario de verano. Al mismo tiempo que en su gira por aquella región pidió la participación de todos para tener un país más seguro.
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