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Y tampoco lo escucharon…

Y tampoco lo escucharon…

Por: Felipa Nery

Mucho antes de que el gobierno federal diera a conocer la versión de que los 43 jóvenes detenidos la noche del 26 de septiembre del 2014, en Ayotzinapa de Guerrero habían sido calcinados, desde el 17 de octubre de ese mismo año, el sacerdote Alejandro Solalinde aseguró que los jóvenes ya no estaban vivos, porque habían sido quemados, algunos dijo, los mataron antes y a otros los quemaron heridos y aun vivos; ninguna autoridad atendió sus dichos en ese entonces; fue hasta finales del mes de enero del 2015, que el procurador Jesús Murillo Karam confirmó que los jóvenes habían sido asesinado y posteriormente quemados, calcinados y sus restos tirados al río. Y ahora, nuevamente, el sacerdote Solalinde, quien ha sido premio Nacional de Derechos Humanos, por su lucha a favor de los pobres, habría advertido desde finales de octubre del 2016, que el ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte Ochoa, se encontraba escondido en Chiapas, en un rancho propiedad de su suegro, pero las autoridades no procedieron a su detención en aquel entonces. En la información que dieron a conocer después de la detención de Duarte en Guatemala, se dijo, que las autoridades tenían conocimiento de que tres días antes del viernes Santos, cuando conocieron del vuelo que salió del Estado de México, con destino a Guatemala, en el que viajaban los hijos del ex mandatario, Duarte habría cruzado la frontera entre México y Guatemala. O sea, que el gobierno mexicano lo traía bien ubicado y esperaron a que saliera del país, para proceder a su detención y ahora nos dicen, que la extradición podrían tardar por lo menos un año. Esto nos hace preguntarnos ¿por qué son tan burdos los operadores políticos del gobierno?, porque ya nadie les cree, pues hoy en día, en todos los memes y redes sociales, se burlan del gobierno, porque aseguran que esto es sólo un circo montando con la finalidad de tratar de sacar raja política en el proceso electoral del Estado de México, donde el Partido Revolucionario Institucional busca ganar la gubernatura poniendo a disposición del candidato del Mazo no sólo los programas sociales del gobierno federal, sino además las estrategias políticas, incluida esta, de la detención del ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte, para hacer creer a la sociedad mexicana que este gobierno combate la corrupción y no solapa ni a los de su partido, el PRI. No es que el sacerdote Solalinde sea un ducho en la materia de seguridad, lo que pasa es que el representante del a iglesia católica, tiene contacto con las bases sociales, precisamente de las comunidades más pobres de este país, de Guerrero, de Oaxaca, de Chiapas, y sus aliados, son precisamente los habitantes de esas comunidades, que le informan de todo lo que acontece, porque como el pueblo tiene miedo de hablar, por ello le confían la información al sacerdote que la difunde, pero el gobierno no lo toma en cuenta. Ahora, la PGR debería entregar al sacerdote Solalinde la recompensa de 15 millones de pesos que ofrecía a quien ubicara el paradero de Duarte.