Los fantasmas al fin desaparecieron. Con una exhibición de carácter, entrega y contundencia, Cruz Azul se proclamó campeón de la Concacaf Champions Cup tras golear 5-0 al Vancouver Whitecaps. La Máquina sumó su séptimo título continental y alcanzó al América como el más ganador del torneo.
El estadio Olímpico Universitario fue testigo de una noche que quedará en la memoria celeste. Cruz Azul dominó de principio a fin, encendió a su afición y devolvió la gloria internacional a sus vitrinas después de 11 largos años.
Cuando llegó el silbatazo final, los jugadores corrieron y se abrazaron. Vicente Sánchez se hincó en el césped, rezó y agradeció por el cierre de semestre. Podrían ser sus últimas horas al mando, pero mientras los directivos deciden, él festejó como nunca y devolvió el cariño a una afición que lo ovacionó hasta el final.
Ignacio Rivero abrió el marcador a los ocho minutos y encendió el alma del equipo. El capitán puso el tono del partido y fue el reflejo del espíritu combativo que ha caracterizado a los cementeros durante todo el certamen.
Con la ventaja inicial, el conjunto de La Noria tomó el control total del encuentro. La solidez defensiva, liderada por Ditta, Piovi y Jorge Sánchez, anuló cualquier intento canadiense. Al 28’, Lolo Faravelli sepultó las esperanzas de Vancouver con el segundo.