HIPOCRESÍA, ASÍ DE SIMPLE

MARYCHUY CASTILLO

Es lamentable que muchas personas cambien su forma de pensar o actitud respecto a otra. Tal es el caso del mandatario venezolano, quien lamentablemente falleció el lunes a causa del cáncer (versiones extraoficiales y conspiratorias dicen que habría dejado este mundo en Cuba, y que, para construir un discurso nacionalista, sus partidarios, sobre todo Nicolás Maduro, lo habrían regresado sin dar la noticia para decir que el ex militar sabía de su destino y él mismo habría decido regresar a la tierra que lo vio nacer para hacer una última tarea: cerrar los ojos para siempre en la nación que tanto amaba). Después de que se dio a conocer de manera oficial, por parte del vicepresidente que Chávez había muerto, mucha gente mandó condolencias y pésames a Venezuela por la ocasión, cuando, era bien sabido que, debido a su ideología, tenía muchos enemigos políticos en el mundo. Entonces ahora, es absurdo, o más o menos hipócrita, decir que se lamenta tanto esta falta, cuando muchos de los otros actores públicos internacionales, jamás hubieran estrechado la mano del ex primer funcionario de Venezuela.
Este no es el único caso. En Tabasco, después de la desafortunada partida de Pepe Fuentes, muchos perredistas agresivos, tanto políticos como simpatizantes, pero sobre todo, quienes detrás de un medio de comunicación defendían (o defienden) al sol azteca, no sólo “lamentaron” los hechos, sino empezaron a hablar de él como, quizá, el político priísta más transparente, cuando sin empacho hablaban tan mal de él como de cualquier otro tricolor.
Ojo, no se trata de no dar el “pésame”, pues, más que amabilidad, es un gesto de empatía, virtud que el humano posee; pero otra cosa es cambiar radicalmente el discurso, señalando a los más cercanos y queridos de la persona que se haya ido, que ese “era un hombre o mujer como pocos”, cuando toda la vida le criticaron y atacaron sin sustento.
Hugo Chávez era un firme defensor de las causas que él consideró correctas, basó su discurso en un nacionalismo que gustó a muchos, pero también cambió la vida de muchos otros hombres que se habían favorecido de administraciones anteriores (pregúntenle a todos los venezolanos que hoy están en México viviendo de la industria del petróleo). Chávez murió considerando que su forma de gobernar era la mejor. Para mí, simplemente era hora de girar su política para empezar a atender más clases sociales y manejar mejor la diplomacia para ganar simpatías internacionales. Fue un buen hombre que dejó de serlo toda vez que postergó su estancia en el poder. Lamento el hecho para todos sus seguidores y de corazón, un pésame a sus familiares. Pero la vida sigue.