Los rojinegros se meten a Cuartos de Final como uno de los mejores segundos lugares.
AGENCIA
REDACCIÓN
GUADALAJARA.- Atlas atraviesa por un momento excepcional. No sólo en el torneo de Liga en el que requiere librar el descenso y cada vez se acerca a la salvación, sino en el Torneo de Copa MX.
Con un equipo alternativo dirigido por el auxiliar de Tomás Boy, José de Jesús Aceves, que esta noche fue reforzado por Matías Vuoso y Ricardo Bocanegra; venció con autoridad a un Cruz Azul que a la inversa refleja la crisis futbolística por la que pasa en la Liga.
Atlas derrotó 3-1 al Cruz Azul, con el resultado ambos avanzan a los cuartos de final; los rojinegros enfrentarán al Atlante, y la Máquina se medirá ante Jaguares.
MÁQUINA DESAFINADA
Los Zorros entraron con las circunstancias en su contra ya que sólo había un acceso para ingresar a la etapa de cuartos de final y debían ganar por una diferencia de dos goles.
Si la misión lucía complicada desde el inicio, apenas al minuto 7 la Máquina colocó un obstáculo más para la causa rojinegra. Javier el Chuletita Orozco abrió el marcador con un disparo cruzado a la derecha del portero Jesús Gallardo.
Pero en el transcurso de los minutos posteriores, este Cruz Azul también alternativo- comandado por un Guillermo Vázquez cada vez más abrumado, exhibió sus carencias para mantener o aumentar la ventaja.
Al minuto 20, el Zurdito Carlos Gutiérrez ejecutó de manera magistral un tiro libre directo a la izquierda de Yorgart Gutiérrez, quien nada pudo hacer pese a su lance espectacular para impedir el empate de 1-1.
Los rojinegros comenzaron a dominar, tocaron en corto, obligaron a los celestes a perseguir el balón, lo orillaron al desgaste físico, y se acercaron al área para manifestar esa superioridad futbolística.
Al ‘33, Matías Vuoso volvió a mostrar la contundencia que en otros tiempos lo caracterizó y escribió el 2-1.
Para la segunda parte, los rojinegros no ofrecieron al Cruz Azul que en el vestidor no encontró las respuestas para contrarrestar sus problemas, y los Zorros simplemente lo evidenciaron más.
Transcurría el ‘53 cuando Bocanegra hizo una pared con Jahir Barraza, quien firmó el trámite para el 3-1.
La Máquina, lejos de reaccionar fue un equipo que deambuló por el césped del estadio Jalisco, que jugaba al pelotazo, que perdía en la disputa y veía con impotencia cómo le circulaban el balón de un lado a otro mientras debía escuchar el “¡Olé!” de 9 mil 800 aficionados que decidieron asistir a presenciar un triunfo más de los rojinegros.
Atlas está de fiesta. No sólo en la Liga, también en la Copa. Continúa el sueño. Mientras, Cruz Azul, se sumerge más en su crisis de resultados y funcionamiento, porque lo preocupante es que lo que hay detrás del primer equipo tampoco ofrece soluciones al cuerpo técnico justo cuando sufre la ausencia de uno de sus grandes guerreros como Cristian el Chaco Giménez.
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