Existen féminas que desconocen sus derechos. . . y que hoy es el Día de la Mujer

DIANA MIJANGOS
AVANCE

Hoy todas las mujeres en el mundo celebran “su día”, a algunas les regalarán flores o tarjetas, o les darán un abrazo, las felicitarán en las calles, o les mandarán mensajes de texto; sin embargo, aún el día de hoy, con tantos avances tecnológicos de los que se presumen a diario en la televisión, todavía existen mujeres que desconocen, no sólo la fecha, sino sus derechos naturales. Tal es el caso de Rosa y Verónica, dos mujeres indígenas que vivían en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, pero al no encontrar el sustento para sus familias, tuvieron que buscar otras alternativas. Desafortunadamente, la vida no siempre les sonríe a todos, y al llegar a Tabasco, se encontraron con las mismas problemáticas que allá en Chiapas.
Verónica platica que tiene que vender dulces para sobrevivir, porque no encuentra otro trabajo, ella es muy tímida, le da pena hablar en español, no le gusta, prefiere su lengua natal, el Zoque, aunque por hablarla, mucha gente ignorante se burla de ella.
“Sí me alcanza un poco el dinero”, dice en una voz tan baja que es casi imperceptible, mientras que sus ojos café voltean a ver sus pies, con sandalias de plástico; esperando que llegue algún cliente a comprarse una paleta, o un cigarro, que es lo que más vende.
Verónica ha dejado atrás sus costumbres, ya no se viste como en su pueblo, sino que usa playera y pantalón de mezclilla, pero a sus poco más de 20 años, no conoce muchos de sus derechos, ni que hoy debería estar celebrando el Día de la Mujer.
A diferencia de Verónica, Rosa, una señora de casi 40 años, sí tiene hijos, lleva a dos de la mano y uno en la espalda, atado con un rebozo, ella aún tiene arraigadas sus costumbres indígenas. Más no le gusta hablar mucho en español, a veces sólo responde con un sí o con un no.
Rosa, además de vender dulces en un canasto, borda blusas para venderlas a 120 pesos, a los clientes los habla solo para decirles el precio, que inicia a veces en 180, para que, en el regateo, disminuya a dicha cantidad, no más, porque de lo contrario, no alcanzará para la familia que está creciendo cada vez más.