REDACCIÓN
AVANCE
La temporada de Semana Santa se convertirá en una “bocanada” de aire para las ventas de los cerca de 30 artesanos de mimbre que pertenecen al pueblo mágico de Villa Tapijulapa. Y es que después del infanticidio sucedido en abril del 2012, vieron derrumbada su economía por la ausencia de turistas y visitantes. Ahora, con un clima de tranquilidad en la zona y la aproximación de las vacaciones de Semana Mayor, los artistas tabasqueños se preparan entusiastas y confían con mucha ilusión superar las ventas del año pasado, mismas que se fueron al piso tras la matanza de unos infantes en la cercanía de Tapijulapa.
“Ese suceso le dio una mala imagen a Tapijulapa, lo que nos provocó una caída en la venta hasta en un cero por ciento; ningún turista veíamos por aquí en muchas semanas”, expresó a Deysi del Rocío Solís Pérez, integrante del taller de mimbre “Esmeralda de la Sierra”, constituida por la cadena productiva regional “Motusay”.
Usualmente, los artesanos llegaban a obtener ganancias por la comercialización de mimbre entre 500 a mil pesos diarios; después de lo acontecido, sus ganancias quedaron nulas durante varios meses.
En los recientes días, la afluencia de turistas nacionales e internacionales ha mejorado sustancialmente en Villa Tapijulapa, a la par de la actividad económica de los artesanos, “todo está tranquilo, no pasa nada, ya están comenzando a llegar el turismo, nos está yendo un poquito mejor”, enfatizó.
Y es que el parque central de Villa Tapijulapa se ha convertido el punto ideal para las ventas de productos de mimbre o mutusay, que en lengua zoque significa “pequeño bejuco remojado en agua”, “es una planta epifita que cuelga de los árboles. No es una planta parásita”, expuso Solís Pérez.
Explicó que esta planta, que se da en los cerros y montañas de Tacotalpa, es sometida a un proceso sobre agua, a fin de obtener la flexibilidad que se requiere para la elaboración de los productos.
El mutusay, ya procesado, tiene un costo en el mercado de 5 pesos por el rollo.
Con este material se puede fabricar desde una diadema hasta un juego de salas, recámaras y comedores. Su durabilidad es sorprendente. Tan sólo unos muebles tienen una duración entre 15 a 20 años, dándole un mantenimiento de barniz anual.
Deysi del Rocío ha solicitado a las autoridades de la Secretaría de Desarrollo Económico y Turismo (SDET), más publicidad de esta actividad artesanal a nivel nacional e internacional, con la intención de promover la llegada de turistas y se enamoren de estos productos de mimbre, sello propio del municipio de Tacotalpa.
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