APENAS 17 PLAYAS DEL PAÍS SON LIMPIAS

AGENCIA
REDACCIÓN
México sólo cuenta con 17 playas que han sido certificadas como limpias por su calidad bacteorológica, es decir, sin espuma visible, grasa, material fecal o residuos sólidos, de los 248 destinos turísticos monitoreados por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris) de la Secretaría de Salud (Ssa).
El certificado fue una iniciativa que arrancó en 2006 para otorgarles “competitividad turística y certeza sanitaria” a las playas de México, y aunque la meta de la administración federal anterior era llegar a 30 puntos con esta categoría de reconocimiento nacional, actualmente sólo ocho estados, de 17 con costa, tienen destinos con estos estándares.
Las playas certificadas, según detalla Semarnat, son: El Chileno, en Baja California Sur; Camarones, Garza Blanca, Palmares y Conchas Chinas, en Jalisco; Nuevo Vallarta Norte, Nuevo Vallarta Sur, Bucerías, Nuevo Vallarta Norte II, Los Muertos y Chacala, en Nayarit (estado con el mayor número de certificados); El Palmar, en Guerrero; Miramar, en Tamaulipas; San Isidro, en Veracruz; Chahué, en Oaxaca, y Grand Velas y Aventuras DIF, en Quintana Roo.
De acuerdo con los objetivos de NMX-AA-120-SCFI-2006, que contiene los requisitos para la certificación, “mundialmente se reconoce que una zona costera con playa contribuye de manera importante al desarrollo del potencial turístico de una región, por lo que la incidencia de las diversas actividades humanas en la calidad de las aguas marinas se manifiesta como prioritaria para muchos países. La certificación otorga beneficios potenciales para la sociedad, el medio ambiente y para los gobiernos. Estos sistemas ofrecen una opción eficaz a la reglamentación directa”.
Para obtener este reconocimiento las playas se clasifican de acuerdo con la calidad bacteriológica del agua, que debe ubicarse dentro del límite de 100 enterococos por cada 100 mililitros.
En estas playas con certificado los muestreos deben realizarse semanalmente y contar con los resultados de tres meses anteriores a la evaluación. Tampoco deben existir películas visibles de grasas, aceites o residuos derivados del petróleo sobre la superficie del agua.