FELIPA NERY
“Fatigas, pero no tantas, que a fuerza de muchos golpes,
hasta el hierro se quebranta.”
(Manuel Machado)
Hoy se cumplen los primeros 100 días del período gubernamental 2013-2018 que le corresponderá estar a cargo del Poder Ejecutivo, a Arturo Núñez Jiménez, quien llegó al poder con una vasta experiencia en la administración pública federal y un caudal de esperanza de miles de ciudadanos que veían en él la posibilidad de cambiar a Tabasco; sin embargo, son muchas las adversidades que podrían impedirle alcanzar sus mejores propósitos de hacer de esta entidad un estado próspero. En primer lugar, ha llegado al poder apoyado por un partido que no es el que lo formó durante su vida, el PRD, partido que enfrenta la amenaza de convertirse en un cascarón porque su creador en Tabasco está formando su propio partido; en la presidencia de la República gobierna un priísta contra el que el PRD hizo contra campaña en Tabasco, pero que si bien Núñez ha tratado de mantener buenas relaciones con el gobierno federal, sin duda que los priístas buscarán la forma de recuperar la plaza; se suma sobre todo, el descalabro financiero en el que se encuentra el estado, por la mala administración de los últimos tres gobiernos y los desastres naturales que azotaron a la entidad; a todo esto, hay que agregarle que Arturo Núñez se ha visto obligado a integrar un gabinete que pareciera un montón de gatos encerrados entre un costal, porque las dependencias las ha integrado con la combinación de perredistas, panistas priístas, petistas, convergencistas, verde ecologistas, aliancistas, que le ayudaron a ganar el uno de julio pasado, pero que hoy se meten el pie unos a otros y no logran coordinarse para dar los mejores resultados a Tabasco; la gente cree que este gobierno que ofreció un cambio verdadero es más de lo mismo de los gobiernos anteriores, porque a 100 días dl cambio de mando, no dan pie con bola en muchas dependencias, como en el sector salud, donde no hay abasto de medicamentos, muchos equipos para tratamientos de enfermedades como cáncer, o diabetes no funcionan; en la Secretaría de Educación se continúan dando las irregularidades con las que se inauguraron desde que llegaron; en atención al público de la Secretaría de Seguridad Pública, no logran brindar a los tabasqueños una atención debida para generar nuevas licencias de conducir; añadir a todo esto que el despido de miles de trabajadores del gobierno estatal y que supuestamente votaron por él, le provocó un cúmulo de animadversión; pero además, muchos que dicen que trabajaron en la campaña hoy son sus enemigos, porque no fueron colocados en el gobierno; Núñez no ha podido dar respuesta inmediata a los compromisos que hizo en campaña, por los déficits presupuestales heredados que le impiden derogar el impuesto vehicular como lo ofreció en campaña, o entregar de forma inmediata los apoyos sociales a las clases más marginadas; además de enfrentar la exigencia de muchos, encabezados por Andrés Manuel López Obrador, que quieren ver en la cárcel a los que supuestamente defraudaron a Tabasco, quien exige cárcel a los corruptos y además, que ya se entreguen los programas sociales. Todas estas complicaciones, seguramente Arturo Núñez –quien ha dicho ahora, que no es mesías, ni Superman, a pesar de que en campaña lo promovieron como “SuperNúñez”–, las analizará con la cabeza fría, a cien días de su administración, para reencauzar el rumbo, porque no basta que él sea un político con amplia experiencia política, con preparación y capacidad, si su equipo no le ayuda y sobre todo, sin estrategia de comunicación gubernamental.
De todo un poco
Yame Yabur Elías, es un político responsable, un hombre de trabajo y de compromisos. Sus comentarios: f_nerysp@hotmail.com
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