DESALOJAN A FAMILIAS; A PUNTO ESTUVIERON VIVIENDAS DE IRSE AL RÍO

Los hechos sucedieron la noche de ayer; elementos de Protección Civil y todos los cuerpos de seguridad, asistieron a apoyarlo, estuvo Ojeda Zubieta

REDACCIÓN
AVANCE
La noche de ayer, 18 viviendas estuvieron a punto de irse al río Viejo Mezcalapa a la altura de la ranchería Ixtacomitán, primera sección, debido a que hace dos meses aproximadamente una empresa arribó a la comunidad para realizar trabajos de dragado.
Ante ello personal de Protección Civil llegó al lugar de los hechos y ordenó que un total de 18 familias abandonaran las viviendas para evitar algún accidente mayor. Momento después arribo al lugar de los hechos el secretario de Gobierno, César Raúl Ojeda Zubieta, quien llevó la solidaridad del gobernador Arturo Núñez Jiménez, quien se encontraba en la Ciudad de México.
Asimismo se le invitó a los que no querían abandonar la zona, a sacar sus pertenencias antes de que ocurriera una tragedia, al tiempo que trabajadores de la CFE, cortaba el suministro de electricidad, para evitar que alguien resultara electrocutado o que se provocara un corto circuito que afectara a la demás comunidades.
A la zona hicieron su arribó la Policía Preventiva, la Policía Estatal de Caminos, el Ejército Mexicano, que permitieron  la agilización del desalojo de las personas de la zona, además de permitir una mayor agilidad en el tráfico vehicular. El tramo donde se ubican las familias se encuentra cerrado, para evitar males mayores.
Personas entrevistadas manifestaron que vivieron momentos de pánico por el hecho mismo de que sus pertenencias se perdieran y posiblemente hasta la vida de las personas que ahí habitan.
Indicaron que los problemas presentaron desde hace algún tiempo, cuando se dieron cuenta que sus paredes comenzaban a cuartarse y hace algunos días las grietas se hacían más grandes.
Explicaron que la responsabilidad la tiene la empresa que se encuentra trabajando en la zona del río, mismo que se encuentra por debajo de su nivel, lo que provoca que se fuera deslavando el afluente y se escuchaban por las noches, crujido de bajo de sus camas y la tarde de ayer, la tierra comenzó a abrirse poco a poco y por último las casas se cimbraron y fue como se decidió que “todos nos teníamos que salir”.
Los habitantes se negaron a irse a un albergue, ubicándose en las casas de sus familiares y amigos que se encuentran cerca de las viviendas afectadas.