EL PARTIDO DE ACCIÓN NACIONAL, CRISIS PROFUNDA

JUAN CARLOS REYES TORRES

El PAN atraviesa por una crisis que va más allá de la derrota electoral del 2012 en donde perdió la Presidencia de la República. Ha perdido rumbo, esta extraviado, los panistas se alejaron de sus principios originales, dejaron de ser esos ciudadanos honestos y dotados de fortaleza intelectual para convertirse en políticos corruptos y vacíos de convicciones. La clase política mexicana contemporánea tiene que cambiar, debe fundar su actuar en otros valores, más allá de la búsqueda desmesurada de dinero o la acumulación absurda de poder para uso exclusivo de ambiciones personales esquizofrénicas. No me explico para qué se necesita una casa del tamaño de una colina o 400 pares de zapatos, me da la impresión de que la vida entera no alcanza para utilizar tantos autos, casas, ranchos, aviones, infinito dispendio material, el cual –además- fue alcanzado de manera ilegal y en corto tiempo. Los miembros de Acción Nacional -todos ellos de origen modesto- ya en el poder se desubicaron, su afán fue la acumulación desmedida de bienes materiales, en un rincón dejaron las enseñanzas de Gómez Morín. Ahora nos ofrecen un penoso espectáculo con la disputa por el control partidario en el Senado de la República. El enfrentamiento público entre el líder nacional del PAN Gustavo Madero y el Senador Ernesto Cordero en nada contribuye a la democracia y tampoco apoya la economía nacional. Somos testigos de amenazas a la paz mundial, severos desafíos para alcanzar el crecimiento económico necesario para aminorar desigualdades, inseguridad y en algunas entidades federativas problemas complejos de gobernanza, como para que la cúpula panista se desgaste en una lucha interna por el poder. Los panistas tienen compromisos concretos que cumplir frente a la nación, desde la oposición deben asumir un rol de cogobieno responsable, lo entienda o no Cordero, son gobierno. El responsable de esta crisis profunda en el PAN es Calderón, quien reafirma –una vez más- su desprecio por las leyes de la historia. El sistema político mexicano se gestó durante 70 años gracias al talento e intelecto de brillantes mexicanos como Don Jesús Reyes Heroles o Don Fernando Gutiérrez Barrios. El sistema generó reglas no escritas y contrapesos reales que le permitieron al país sortear innumerables crisis políticas y coyunturas desfavorables a la seguridad interior. Una de esas reglas fue la expresa prohibición al expresidente de participar en política, en la etapa de formación originaria del sistema esta regla se aplicaba con firmeza, recuerde usted la expulsión de Plutarco Elías Calles en el mandato del General Cárdenas. Esta regla se reafirma con la disputa entre López Portillo y Echeverría, el Presidente en turno debía de contar con todos los espacios e instrumentos del poder para imponer su proyecto de nación. La Regla sobrevivió la alternancia, no recuerdo intervención alguna de Ernesto Zedillo denostando el mandato de Fox. Esa regla de no intervención trasciende ideologías porque apuntala la gobernabilidad y la democracia, es un activo de la política mexicana que se debe respetar.
(Twitter:  @jcreyest)