LA REFORMA ENERGÉTICA

JUAN CARLOS REYES TORRES

El tiempo pasa, la falta de determinación de las elites y la absurda posición de algunas minorías nos cobra factura. Nuestro país tiene que avanzar, llegó el momento de entender la realidad y actuar en consecuencia; debemos dejar atrás sofismas ideológicos que detienen el progreso, las generaciones futuras sabrán valorar los aciertos.
El mercado mundial de energéticos se ha transformado, en los últimos meses la producción de crudo por los Estados Unidos de América pasó de 150 mil barriles diarios a casi 1 millón y medio de barriles diarios, este hecho inobjetable, medible, contundente, permite afirmar que los Estados Unidos se encaminan a lograr su autosuficiencia energética, ahora ¿a quién le vamos a vender? Aunado a ello, el avance tecnológico que se da en la industria petrolera mundial y el aumento del costo para su financiamiento provocan que México tome medidas inmediatas para hacer frente a este enorme reto y convertirlo en una ventana de oportunidad.
En los próximos meses los congresistas mexicanos, los intelectuales y académicos estaremos estudiando la iniciativa de Reforma Energética que el Presidente Enrique Peña Nieto le proponga a la nación. No se comienza de cero, en el aspecto técnico se cuenta con la Estrategia Nacional de Energía y en el proceso político contamos con ese valioso instrumento de concertación que es el Pacto por México, aunado a la experiencia y habilidad política de congresistas como Bernal y Beltrones. El Pacto es una máquina que produce acuerdos, hay que valorarlo.
Pemex produce hoy 2.5 millones de barriles diarios, al final del sexenio debemos producir 3 millones de barriles diarios para recuperar los niveles que teníamos en el 2003. El Presidente Peña tiene muy claro hacia donde debemos ir para construir un nuevo Pemex y liberar el potencial económico de la paraestatal: “Pemex será una empresa pública de carácter productivo, que se conserve como propiedad del Estado, pero que tenga la capacidad de competir como una empresa de clase mundial”, este tema es en donde las izquierdas patalean, ojo, nadie habla de vender Pemex. Como ha dicho el Doctor Enrique Ochoa, Subsecretario de la SENER, debemos ver con interés los cambios realizados por Brasil y Noruega, en donde las empresas petroleras son del estado y son casos de éxito. Lo son porque dichas empresas comparten inversiones y riesgos con otros inversionistas privados en la exploración y explotación de nuevos campos en aguas profundas.
Emilio Lozoya, Director de Pemex, sabe bien que los retos de la empresa radican en el desarrollo de los proyectos en aguas profundas, plays subsalinos, yacimientos no convencionales, reactivación de campos maduros y proyectos de recuperación secundaria; se tiene que incrementar la producción y acelerar la incorporación y desarrollo de nuevas reservas, intensificar la búsqueda de nuevos yacimientos en aguas profundas y en áreas con recursos de aceite y gas en lutitas. Digamos que Lozoya propone gasificar la economía mexicana.
El Presidente Peña ha propuesto 6 líneas de acción a Pemex: Primera,  transparencia en el manejo de los recursos, con lo que, garantizó, habrá una mayor eficiencia en la rendición de cuentas. Segunda, liberar la inversión y la innovación, es indispensable que se tenga una mayor capacidad ejecutiva y de acción a partir de las nuevas tecnologías. Tercera, promoción de cadenas de producción; Cuarta, mayor propensión al desarrollo del entorno social; Quinta, restauración de los sectores productivos en donde se asientan las plantas y Sexta, responsabilidad con el medio ambiente.
(twitter: @jcreyest)