CALCÁNEO SE FUE DE VIAJE…

LUIS GARCÍA

Lo conocí en 1984, casi a finales de año, cuando me topé con él en la misma oficina, la de Prensa del gobierno del Estado, Jorge Alberto Javier Quero nos había invitado a trabajar con él en esa área tan vital para la administración pública. Él ya estaba laborando ahí como reportero o como algunos dicen de manera coloquial, boletinero. Era un personaje noble, que venía de la cultura del esfuerzo, de trabajar duro en una imprenta, donde aprendió sus primeros pininos, para después participar en la escuela de Periodismo que formó Isidoro Pedrero Totosaus, de la cual salió, como uno de los alumnos más avanzados del llamado “Monstruo”, por ello se hizo amigo de él y convivieron siempre. Era un personaje como decimos en el barrio a todo dar, buena onda, pero cuando se molestaba o alguien le decía algo, sacaba todo lo que traía dentro, pues por algo lo calificaban con un apodo que iba bien con su forma de ser. Calcáneo como lo conocíamos todos en la oficina de Prensa del gobierno era distinto a todos, era noble de corazón. Aún no se había casado, pero estaba ya en vías de hacerlo con la que sería mi estimada y apreciada comadre, Lenchi García, recuerdo, que se casaron en donde luego sería su primera vivienda, había ahí un patio grande para hacer la fiesta, que por cierto, se llenaba, como él siempre decía, con su sola familia. Ahí vivieron un corto tiempo, para después adquirir una casa allá en la zona de Indeco, donde comenzó construyendo, lo que luego fue la envidia de esa calle, un hermoso lugar donde viviría con mi comadre y ya con sus dos hijos, pequeños en ese entonces, Marco Antonio y Lorena. Calca, como también lo llamábamos no se conformaba con nada, tenía algo y después quería otra cosa, por ello luego de hacer un esfuerzo para hacer su propio periódico en 1990, sino mal recuerdo, al cual fui invitado por él, pero mi compromiso con AVANCE no me lo permitió, y nace así el Diario de la Tarde, cobijado en la amistad que unía a mi compadre con muchos políticos. Primero lo hizo en los talleres de su querida hermana Victoria, luego compró su propia máquina y construyó por lógica su propio edificio. Un inmueble que era su orgullo y mostraba a propios y extraños, enclavado en lo más alto de la colonia Primero de Mayo en Irabien y calle del Periodista, coincidentemente. Pero Calca a la par de su actividad empresarial como dueño de lo que después sería el mejor periódico de la tarde, también se situaba en un lugar privilegiado al ser líder y persona que mostraba audacia en cada una de las cosas que hacía, así se forma el Club de Periodistas, conformado por un grupo de amigos, siendo él, el primer presidente, mismo que le permitió catapultarse para que a nivel nacional se integrará a la recién formada Fapermex en donde Teodoro Rentería Arroyave le diera su amistad, y a la larga se hizo presidente nacional de ese organismo que auspicia a miles de reporteros y periodistas de provincia. José Antonio, lograba así ser líder nacional de los periodistas. Y comenzaba otra faceta de mi amigo y compadre, la de trotamundos, le encantaba viajar y por ello llegó a conocer muchos países  y continentes. Eso para él era su máximo. Poder haber ido a Oriente, a África, a Europa y por supuesto algunos países de América, incluido Estados Unidos y la Patagonia. Y tengo que mencionar su cuarto logro, terminar su carrera profesional de licenciado en Periodismo, vaya que lo presumía. Calcáneo fue una gaviota, voló siempre a donde quiso y eso le admirábamos muchos de los compañeros. Hoy emprendió un nuevo viaje del que no va a regresar, pero estamos seguros que dónde se encuentre estará feliz, por haber cumplido sus metas, sus anhelos y haber formado una preciosa familia que siempre lo apoyo en todo. Descansa en paz, compadre, duerme tranquilo que nosotros acá nos quedamos recordándote… Mi solidaridad para su familia, mi comadre Lenchi, para Marco Antonio y para Lorenita…Aquí seguimos…