MARYCHUY CASTILLO
“Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros”
En un debate hay dos partes que defiende su postura, generalmente contraria uno a la otra, ante las fallas que la contraparte pueda mostrarle. Se usa para teorías, para análisis, para llegar a deducciones, a razonamientos, y ha sido la herramienta predilecta de especialistas y teóricos. En los tiempos modernos, ha sido demeritada, pues ahora, según, se debate para todo, aunque al final, no haya conclusiones, y la forma en que cada uno defiende su punto, es menos aguerrida que la “percepción que la sociedad tiene sobre la delincuencia”, diría un alto funcionario que va derechito a convertirse en prócer de sabiduría por sus agudas y filosóficas tesis.
No obstante, la sociedad siempre peleará por lo que le convenga más a ella, independientemente de que el debate, a niveles legislativos, sea un menjurje que sólo sirve a su partido y para fines electorales. Eso, y que, además todos piensan que saben cómo debatir, cuando no se trata solamente de hablar, hablar y hablar, sino de escuchar la contraparte, darle la oportunidad de comentar y hacer las observaciones pertinentes. Así, un taxista comentaba indiferentemente que él niega el servicio si se le requiere ir de un “extremo a otro de la ciudad”, y puso de ejemplo a un señor que le pidió ir de la magisterial a brisas del carriza “no sale”, decía. Eso, entre las miles de estupideces que según él, le favorecía y respaldaban su decisión de, simplemente, no dar el servicio. Se deslizaba entre palabras redundantes de precio de la gasolina, tráfico, condición climática, aire acondicionado, y tantas otras cosas que, de verdad, sonaban tan pedantes. Si bien, este espacio es poco para desvirtuar todas y cada una de la sarta de sandeces que el flacucho y bigotón chofer decía, puedo resumir dos cosas:
1.- Amigo taxista, la inseguridad le pega, el tráfico lo aflige, el calor lo mata, le aburren 8 horas de lo mismo y la gasolina cuesta más… oiga, todos vivimos en la misma sociedad, y cada uno de estos puntos, también nos impacta a nosotros los ciudadanos que, sólo pedimos que hagan su trabajo.
2.- Quiere más dinero. Estoy de acuerdo en dar 3-5 pesos más, si usted deja de ser selectivo y ofrece un buen servicio que incluye (no un beso como se atrevió a decirme que requería) manejar adecuadamente, moderar su vocabulario, ser cortés (buenos días y hasta luego, no se necesita más), y sobre todo, está dispuesto a llevar a las personas a su destino.
Así de fácil don.