Y TODAVÍA ALGUNOS LAS DESPOJAN

FELIPA NERY

“Todo lo que yo sé me ha sido dado por el corazón.” (León Tolsto)

Cuando conocí la noticia de Barómetro Internacional de Educación Financiera, con respecto a que las mujeres mexicanas demostraron saber más que los hombres en relación al manejo de las finanzas, me vino a la memoria, la infinidad de casos que he conocido de mujeres que después de tantos años de vivir en matrimonio, son despojadas por sus maridos, de lo que por derecho les corresponde.  Y es que es muy común, que el hombre decida abandonar a su mujer después de  años de haber cuidado a los hijos y a él mismo, procurar que siempre tuviera su comida al llegar de trabajar, que su ropa estuviera limpia, que sus hijos no le causaran problemas ni escándalo cuando el señor descansaba, que multiplicaba los pocos pesos que él le daba para los gastos, que hacía milagro  para que le alcanzara para medicinas, ropa, alimentos, zapatos, los útiles escolares, etc. Por lo regular, el hombre decide cambiar a su mujer, por una más joven, que viene a disfrutar y a derrochar todo lo que la otra le ayudó a multiplicar y a construir. Cuando el hombre se divorcia de su esposa a la que ya no ve con los mismos ojos que cuando estaba joven, casi quiere dejarla en la calle abandonada a su suerte, sin importarle que ya es mayor y no tiene las fuerzas físicas para trabajar, además de todo el daño moral que le causa con el abandono y su pretensión de despojarla de lo que le ayudó a conseguir. En una encuesta realizada a más de 25 mil participantes de 27 países, las mexicanas ocuparon el tercer lugar, al demostrar que  saben más que los hombres sobre el manejo del dinero, pero no sólo eso, sino que son las que más hablan con sus hijos acerca de las finanzas. Muchos hombres no entienden que gracias a la gran esposa que han tenido a su lado, llegan a ser lo que son, por eso, por su falta de inteligencia, con facilidad  abandonan a sus esposas, como si se tratara de objetos que después de usarlo por años, ya lo consideran viejo, inservible, al que hay que reemplazar por uno nuevo. Y como tienen mucho dinero, se contratan a un “buen abogado”, que con artimañas y la complicidad de algunas autoridades, les ayudan a dejar a sus esposas, literalmente en la calle, despojándolas de los derechos que tienen a recibir parte del patrimonio que construyeron juntos, casados, o no, pero sobre todo, de la obligación que tienen para con sus hijos menores de edad de procurarles su desarrollo a través de una pensión  digna que les permita la alimentación, el estudio, la recreación y en general, su desarrollo integral. Sólo hay que recordar el reciente caso que en este espacio comentamos, del ministro en retiro Genaro Góngora Pimentel, del abuso de su poder, que para no dar a su ex pareja una pensión para sus hijos, fue capaz de inventarle un delito y la mantuvo encarcelada durante 12 meses, con la complicidad de las autoridades. Ojalá los hombres pudieran advertir de estos errores que han cometido a lo largo de la historia, en contra de las mujeres.