A RENOVAR Y FORTALECER LA FE

Pide el Obispo a los fieles católicos a prepararse para recibir al mesías

ABISAC MARQUEZ
avance
Al iniciar este lunes las festividades de Cristo Rey Señor de Tabasco, que coincide con el fin de Año Litúrgico y del Año de la Fe, se invita a la feligresía a que renueven su fe y la fortalezcan, para prepararse a la venida del mesías, así lo señaló el obispo de la Diócesis de Tabasco, Gerardo de Jesús Rojas López.
Y es que señaló que los tabasqueños festejan a Cristo Rey Señor de Tabasco porque es el patrono, ya que después de la persecución cristera, el entonces obispo don José de Jesús del Valle trajó una imagen que es la que tenemos, manifestando el dolor del pueblo con su pobreza, con su persecución todo lo que esta conllevó.
“Tiene ese semblante de dolor tiene sus manos atadas, sabiendo después de la muerte viene el gozo, la alegría y también el abrir los brazos para abrazarnos a todos, era en ese momento, un reflejo de cómo se encontraba la gente creyente, pero el Señor ha sido grande con nosotros”.
Rojas López recordó que el obispo José de Jesús del Valle hizo las torres de la Catedral para significar el florecimiento de la Fe y la consolidación de esta; para el tabasqueño, el “Señor de Tabasco” es el ejemplo de la fortaleza, de la perseverancia, de la gracia, pero también donde se le pone el dolor.
“Dice el Evangelio, vengan a mí los que se sientan cansados y agobiados por la carga, que yo les aliviaré, yo seré su descanso, yo seré su alivio y Cristo el Señor de Tabasco, siempre carga nuestras fragilidades, nos fortalece, nos bendice y nos santifica”.
El Obispo de Tabasco que en todo el mes de noviembre habrán peregrinaciones en la Catedral de los diversos Decanatos, movimientos e instituciones de la Iglesia, llegan a hablar con Él, a adorarle y bendecirle, pero también se los cristianos se van fortalecidos, sabiendo que el Señor les acompaña.
“Le decimos como esos discípulos de Emaus, quédate Señor con nosotros porque la tarde está cayendo, y dice la escritura, cuando les partió el pan y les bendijo; el Señor reconoce nuestra presencia y nosotros a él cuando sabemos compartir el pan con los que no tienen.