DÍA NEGRO

FÉLIX HERNÁNDEZ

Miguel, salió de su natal Huimanguillo, con un curriculum  engargolado más bajo  las axilas, con la esperanza de tener buena suerte  y emplearse  en la ciudad de Villahermosa, donde ofertaban un buen empleo, buen salario y sobre todo prestaciones laborales que le permitiría superar los sinsabores de  todo el 2’13.  Una vez más hizo un préstamo económico de mil pesos, para trasladarse a la ciudad capital en su automóvil. Con esa firme esperanza, salió lleno de ilusiones,  sin saber los sinsabores que le aguardaban durante el día. Llego a Villahermosa antes de las 8;00 de la mañana a la entrada del puente “Los Monos”,  una hora antes de su cita de trabajo, En forma inesperada su automóvil, ese que tiene fama de arrancar hasta con agua, comenzó a manifestar problemas y finalmente ahí por ultra lácteos dejo de circular. Se bajo y  sospechando el mal, resulto que era una pieza que ya le habían dicho que estaba en malas condiciones, y que en cualquier momento  finalmente fenecería y así  sucedió. El día comenzaba a “pintar mal”. Entre la mala noticia, para su fortuna pasos un “paisano”, de Huimanguillo, quien lo auxilio y le dio el “ray”, hasta una refaccionaria donde compro la pieza electrónica y de regreso a su coche se la coloco y camino,  como Lázaro.  Rápidamente continuo su marcha hasta  el centro de trabajo, donde llegó 10 minutos antes de la entrevista pactada para hacer entrega de sus actividades laborales realizadas en parte de su vida. De los mil pesos que tenía, ya solo  le quedaban 650, de los cuales cargo 150 de gasolina para regresar a su pueblo, En esto estaba cargando combustible, cuando recibió Miguel, una llamada a su celular, celebrando que su amigo se acordará de él, cuestionándolo sobre donde se encontraba y le respondió que en Villahermosa, “ jálate”,  a este restaurante que se encuentra en tal calle…y allá se fue. Llegaron las 2 de la tarde, y también la hora de la comida, cuando vino a darse cuenta el huimanguillense, ya eran las 5 de la tarde, por lo que finalmente comenzó a despedirse de la “palomilla” y fue poco después de las 18:30 que enfilo con dirección a Cárdenas con un tráfico infernal.  Con 500 pesos en la bolsa, finalmente llegó a Cárdenas, paso la chocolatera y enfilo en el retorno que se encuentra en la colonia Progreso, para tomar el puente que lo encaminara a la Avenida Lázaro Cárdenas y vía directa aHuimanguillo. Ahí comenzó  su mala suerte, pues estaba un reten de elementos de Tránsito, quienes le ordenaron detenerse y entregarle tarjeta de circulación y licencia. Esta última no la entrego, pues  la tenia vencida. Ahí empezó la amenaza, de los tránsitos, de que le iban a detener la unidad y que iba a pagar la grúa y la multa, pero con una corta lana lo dejaban ir. Ofreció 100 y los “tranchos”, no aceptaron, pidieron 500  y ante la oferta de pagar 500 y no más de 1500, finalmente accedió a pagar la “mordida”. Triste y meditabundo llego a su casa. ¿Cómo te fue le pregunta la esposa? y le responde ¡solo falto que un pinche perro me miara!…REMANENTE…el viernes llega Evaristo Hernández Cruz a Cárdenas, solo visitas domiciliarias hará.