PRÁCTICAMENTE PRIVATIZADO EL PETRÓLEO

FELIPA NERY

“En la vida no se trata de encontrarse uno mismo, sino de crearse uno mismo.” (George Bernard Shaw)

Con las reformas a los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el Estado mexicano pierde la rectoría y exclusividad en la explotación de los recursos naturales, así como en el dominio directo de los recursos naturales, en este caso el petróleo, ahora, serán las compañías privadas nacionales y extranjeras las que tendrán la posibilidad de explotar este importante recurso natural, no renovable y por supuesto tener ganancias millonarias para sus beneficios propios, mientras que la inmensa mayoría de los mexicanos se quedarán sin la posibilidad, no de disfrutar, sino de contar con esos recursos económicos para apuntalar el desarrollo de este país, que en los últimos 20 años ha sufrido una involución, porque en vez de mejorar la situación social de la población, esta ha ido en detrimento, cada vez son más los pobres, y sobre todo, la gente que vive en extrema pobreza, sin tener el alimento que les permita subsistir dignamente. Si en 1938 Lázaro Cárdenas expropió la industria petrolera que se encontraba en manos de las empresas internacionales, fue porque la riqueza se la llevaban gente de fuera y eran mínimas, y o casi ninguna las ganancias que dejaban al estado mexicano para el desarrollo de la sociedad. No es posible que hoy retrocedamos en lo que se avanzó en aquella ocasión. La decisión que ahora tomaron los legisladores de privatizar la explotación del petróleo, es como si ahora decidieran reformar el artículo 3º.  constitucional para quitar la gratuidad y obligatoriedad del estado de impartir educación a todos los mexicanos y volver a lo que ocurría antes de la Revolución Mexicana, que sólo los hijos de los ricos, terrateniente y hacendados tenían la posibilidad de acceder a la educación, porque los hijos de los indígenas, campesinos y obreros, estaban condenados a seguir el mismo destino de sus padres; sin embargo a partir de esta conquista de la Revolución Mexicana, que obligó al Estado a dar educación gratuita para todos los mexicanos, los hijos de los indígenas, campesinos y obreros han tenido la posibilidad de aspirar a la igualdad, mediante el estudio. Y si hoy el país se encuentra en una desigualdad abismal, teniendo la rectoría y exclusividad constitucional de la explotación del petróleo, entonces, ya podemos imaginarnos cómo se agravará esta desigualdad y por ende, todos los problemas sociales que vive este país… El asunto de aprobación, o reprobación de las cuentas públicas en la actual legislatura,  se sigue dando igual que en el pasado, de ninguna manera se está procurando una revisión que permita castigar la corrupción por el mal manejo de los recursos públicos, sólo se trata de ajustes de cuentas políticas, se reprueba a los adversarios y se aprueba a los amigos y a los que tienen padrinos políticos que los protejan, ahí está el caso de Luis Deyá de Jalapa, que los espantó con los nombres de Javier May y Octavio Romero Oropeza, y le aprobaron la cuenta pública. El problema de Tabasco y de México, no es de partidos políticos, sino de hombres.