MARYCHUY CASTILLO
El tema de los taxis se sale de control. Nadie sabe realmente quién manda a esta organización que parece ser supragubernamental; o sea, más allá del gobierno. La unión de taxis es una “institución” de miedo; no se puede meter a cintura a ninguno de los que la dirigen. Sus épocas de elección son verdaderas matanzas donde muchas veces ha habido heridos. Todos se quejan de que no es negocio y deja fruto, pero ¿por qué entonces la gente sigue peleándose las placas?
Una de las posibles respuestas de por qué no se les puede hacer nada desde ningún frente constitucional es el siguiente: los representantes del ejecutivo son dueños de placas, decenas de ellas, entre prestanombres sobre todo, tienen en su poder varias de estas unidades amarillas que les dejan frutos de miles de pesos. Y este es el caso para gente del legislativo y judicial. Vaya, parece que es una moda entre la gente de alcurnia, pero la moda es tener más de 6, porque una o dos, pues casi cualquiera.
El caso del taxista video grabado amenazando a un usuario empaña las buenas acciones de los choferes que velan, no sólo por sus clientes, sino por la seguridad social. Carlos García, conductor del taxi 859, se debió haber sentido un “pasado”, pues a pesar de que existían pruebas en contra de su imprudencia, en la sociedad de los taxistas, pasó nada más unos minutos frente a quien lo acusaba, para que el veredicto final fuera… nada… nada de nada. Es así como las sanciones son inexistentes, ni por parte de la Unión de Taxis, y mucho menos en la Secretaria de Transportes del Estado, donde se dice, que muchos de los altos encargados tienen unidades bajo esta modalidad, por lo que, ejercer una sanción, sería, de alguna forma, perjudicarse a ellos mismos. Y aunque tengan cara de idiotas, la verdad es que no lo son tantos. ¡Que se joda el público! Total, somos un maldito mal miserable, pero que todos necesitan, la gente podrá seguir aguantando, ¿será? ¿o hasta cuando?
De testigos.- El IEAT sigue fortaleciendo su cantidad de alumnos gracias a tácticas creativas. Los funcionarios del instituto recorren plazas, parques y mercados repartiendo volantes con su función. El verdadero objetivo de la maestra Martha Osorio es llevar a la gente mayor a que concluya sus estudios. Sólo la educación nos podrá sacar poco a poco del rezago social que tenemos. En todos los ámbitos.
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